domingo, 11 de enero de 2015

EN EL ECO DE UN ADAGIO / Poesía de José Ignacio Restrepo


SI...


Ante el amor marchante
bajan como suero las palabras
fermentadas y tibias, indulgentes...
Las recibe el poeta lentamente
en el aro hemiplégico
del vientre,
deseando que broten por completo
y su marcha sin clave no detengan.
Vivas, 
en un latido largo y firme
derivan por el blanco como aves,
volando en remitida migración
al compás imantado de sus manos
que danzan igual que toda su alma,
lacradas por impulsos inconversos, 
que lo atan a las letras hermanadas,
para volver un poco atrás
de sus densos ahogos...
Y respirar de nuevo cuando mira
el poema completo ya parido
como un bebé sin mácula ni tizne...
Él brinda
con la copa mortal de sangre propia...
Ha tenido otro hijo que sonríe,
hermoso y sin igual, 
perfecto,
puede tomarse sin más de un eco vivo, 
y soltarse entre el sanscrito de letras...
Domado, ya siente la turgencia
de su rojo y preñado corazón
por querer continuar vivo en la lumbre,
sin pensar en morirse como ayer,
mirando a ese nacido
el día de hoy.


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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