jueves, 30 de octubre de 2014

CHARLAS DE CUENTOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


TESTIGO, EL CONTRABAJO


 - ¿Y los faunos?...
El abuelo retira el contrabajo...
- No han contado una parte de la historia...
- ¿Qué parte?
- ¿Ya leíste Hamelín, Caperucita?
- Abue...
- Está bien,
esa historia no es completa,
esos seres del bosque eran los dueños,
cada árbol tenía sus miradas,
cada sendero ciego 
conocía el pasado de sus pies,
y el secreto que nadie confesó,
que todos fuímos faunos una vez,
duerme en la oscuridad bella del bosque,
metáfora sutil de la memoria,
pues todos nos robamos algún niño...
- ¡Cómo abuelo,
que niño por Dios tú te robaste! -
- ...mi amoroso pequeño,
ese niño que fuí murió una vez
en manos de mi amor por una dama,
que sabía mejor que yo del sueño
de ser arropado,
por alguien diferente de mi madre
pues con verme temblaba,
y me enseñó su bosque de oropel,
las caídas estrellas de sus ojos,
los ríos de su piel cuando de hinojos,
me hacía ver aquello que no estaba,
con solo mirar quieta
en mi mirada... -
- Abuelo, pero tú hablas del amor...
- Si, bello, de éso hablo...
pero rondan por ahí furtivos faunos
que huyeron de su bosque por pavor,
y blandieron su fuerza y su belleza
contra niños sencillos e incapaces
de comprender el duelo de la vida,
cuando se acorta 
el sueño de la infancia,
en las manos
que buscan el placer,
entonces es el lobo quien te roza,
un monstruo el que hace lindos mapas
pintados en tu piel aún inexperta...
pues venimos de allá de la lactancia
dando pasos pequeños pero ciertos,
y el fauno solo quiere
que te pierdas,
hacer del bosque suyo un gran misterio
para poblarlo solo de pequeños
y así obtener un manto de placer... -
- No entiendo, Abuelo... -
- Ya entenderás mi bien,
los niños que se marchaban con el fauno
queriendo averiguar lo que era el bosque
no pueden regresar,
allí se pierden,
y al salir son distintos, otros seres,
no pueden ya reconocer
ese lugar amado del ayer,
donde esperaban sus padres,
sus abuelos,
a que llegaran cálidos e ilesos... -
- No me iré nunca Abuelo, nunca...
- Si te irás pequeño, pero
no lo hagas sin primero despedirte
y si algún fauno te mira allí en la calle
detrás de su mirar 
que siempre es triste,
no te vayas, pequeño...
tú resiste...
o al menos ven aquí,
por un momento...
te ayudaré a escoger el quipaje... -
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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