lunes, 28 de julio de 2014

EN ESE HOTEL QUE SE LLAMA COMO TÚ / Poesía de José Ignacio Restrepo




SEGUNDO TEOREMA


No hay peor legionario
que aquel que ha olvidado ya qué busca,
qué ordenanza libera su premura,
cuál hedor pudre lentamente
el oro de su ajado fundamento...
No hay guerra más lenta que la interna,
que de horas solitarias se acompaña,
y se nutre de sus nadas y sus glorias,
ni mejor brega hallada que la propia
de afables horas reina conocida,
y mucama de tercios que no llegan,
con su oferta de pan que no se enfría
y su cara bonita que es pintura...
No hay agreste camino que se acabe
con el lance peor en cama amiga,
más bien vamos templando dura horquilla,
mientras hacemos preguntas a la noche,
¿dejaremos la seña del derroche
para tornar si estamos algo solos?
¿O mejor lanzaremos solo un soplo
para que sea el destino el que dirima,
si gastarán de nuevo nuestros pasos
su búsqueda gentil, o ya remisa,
en el polvo cernido del santuario,
donde no hubo concilio ni hubo misa?
Con solo el sacrosanto abecedario
recorriéndose en ambos por los ojos,
prueba de que puede ser palacio
el más hondo y bestial de los rastrojos,
si yacen abrazados dos que se amen,
disertando silencios, miel sublime,
para hallar el amor y la pasión,
en el arte de su nueva devoción,
que es el puente que une lo que gime...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 24 de julio de 2014

LO QUE DICES SE QUEDA / Poesía de José Ignacio Restrepo



VALORES QUE HABLAN


Caras las palabras que nos llegan tarde,
las que forman disculpas elocuentes
en una fecha impar
con el cruel daño,
o se ensayan sensibles al espejo
con el pedido cercano de perdón
para decir como única oración
cuando el vientre herido se presente
con el resto del cuerpo de testigo,
pegado de lo urgente otra vez hoy,
y lo importante dejado sin hacer
por venir solo a ver...

Carísimos vocablos mal llegados,
que salen de los pútridos umbrales
como ratones aun agazapados,
para explicar el envío de la muerte
en sus ropajes amplios, sin costuras,
la enjundia de lo místico y lo fatuo
trenzado para hallar la aorta, el cuello,
del hermano de crianza o del de sangre...
Sabia la corrección del que ama siempre
a pesar de la ofensa y la demanda,
el que perdona con su propio corazón
y paga entera la deuda del menor,
que ha pecado contra él una vez más.
Servida está la humana y larga mesa,
donde comen y ríen como niños,
porque hablando alguien puso mies de ejemplo
para poder seguir su justo pie,
y no encarecer más palabras con la sangre
que del hambre circula encadenada,
pero también cuando sabia la alegría
responde de la boca y hacia adentro
que no hay ira...
solo fundamento...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 15 de julio de 2014

CANTATA A LOS BESOS REPUDIADOS / Poesía de José Ignacio Restrepo




ANOCHE, NO PASÓ


Los ósculos perdidos por instantes,
reverencias hiladas con cuidado
pero solo de un lado,
que bordearon el valle del desprecio
cuando fueron paridos en la boca
de uno que es ya viajero,
hacen sus cruentas filas de mañana,
sobre el borde asfaltado de la calle
donde el sol se levanta,
 y en las motas de polvo ceniciento
se reviven volando
mientras cientos de coches de colores,
circulando entre Eros y Tanatos,
simplemente los restos reaniman
esperando un encuentro que no llega
mas les tiene con vida.
 ...

Son centenas de ávidas caricias
nacidas en las horas del trasnocho
delegadas del ocio y del deseo,
hace rato cedidos con desgaire
porque no hubo eco,
lentos pasos las pisan simplemente
en la estúpida prisa matutina,
convirtiendo el recuerdo pasajero
en un lánguido pozo hondo y oscuro,
cuyo aire es pesado, irrespirable,
y respira solo uno.
...

Herederos impávidos preludios
acabados sin ser ni parecer,
que hoy ya muertos en medio del impulso
olvidaron qué fue, cómo pasó,
pues tendidos en medio de la calle,
pareciera que esperan que los pise
esa boca galana que no quiso
recibirlos con hambre relicaria,
una copa entreabierta de deseo
luego rota, tirada,
dos distancias buscaban consumirse,
uno dijo no quiero, no deseo,
una vez,
otra vez,
y la postrera...
terminaron ajados en la acera,
y luego se estallaron en la calle,
donde mustios durmieron la querella,
de tener ese no como bufanda
enrollado en sus cuellos,
ahorcando en la prisa del momento
esas ganas de todo,
que hoy es nada...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 12 de julio de 2014

NO SE DETIENE LA MUERTE QUE ES LLAMADA / Poesía de José Ignacio Restrepo



CONTRA HERMANOS


Es que corren de adentro,
llevan hace milenios
las dos botas infames al revés,
y descienden con ellas al infierno
para luego volver,
y sembrar de quimeras enjauladas
esas calles de miedo,
esos cuartos pequeños con ventana,
esos templos sin dios,
esas desespejadas atalayas
cuyo único ajado cuidandero
fue cadáver primero,
antes de irse al encuentro de su dios...
Y no es cierto que sean zurdas hoy
esas metas de hacer con diestra mano,
más bien creo que ya no son humanos
los que poco se tardan en pensar
para actuar
sin un ser benevolente,
en su pecho y su mente,
van dejando tiradas por la tierra
esas manchas informes y copiosas,
que aún atadas a un cuerpo
ya no son,
de latidas maneras gel hermosa,
sino avaros mensajes de una muerte
grabada por la bala o la explosión,
que llegó
sin poner
misericordia...
Vivo afluente que mojas manos, bocas,
y las suelas aún nuevas de estas botas,
no te seques ni mermes tu canción
hasta que estos proletarios de la muerte
acaben su labor
de diezmadores,
y no traigas luego a otros distintos,
que la muerte fue más que suficiente,
falta gente que muera luego de hoy
y mañana no habrá
quien los entierre,
ni coloque pequeños crucifijos
en sus pechos de vidrio,
que teñidos de hedor antagonista
por crecida maldad yacen caídos,
los mejores quedaron malheridos
y pudieron contar entre destellos
que esta guerra
no es de ellos,
y tampoco es garante de los otros
que les lanzan las bombas
como juego...
Dueños son de este tórrido aquelarre
los expertos en fiados, 
prestamistas
aquellos de verdad antagonistas,
que hacen siembra del mal
por gusto puro,
de eso estoy yo seguro...
que este yugo de muertos y asesinos
llena cuentas de banco
en otro sitio,
que no pueden hollar más que unos ojos,
aquellos que moderan el destino
tirando los cadáveres al foso,
mientras miran las nubes de algún cielo,
o las olas encrespadas de algún mar.
y sonríen explicándole a un pequeño
el porqué del azul
que vive en ellos,
igual si llevan sus pasos hacia al norte
como si van hacia el sur,
en este planeta que creen
su heredad...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 7 de julio de 2014

NO EN LOS DÍAS DE FIESTA, EN LOS DE PAGO / Poesía de José Ignacio Restrepo


LA RAZÓN DE VIVIR


Veleidoso pavor de retener
esa sombra del árbol sobre el suelo, 
cortado entre virutas, entre ramas,
absuelto de la guerra por la muerte
con el lento goteo de su savia
por única promesa
y galardón...

Te pedía el color de un cielo abierto,
el selecto y esquivo movimiento
de la ola que guía sin saberlo
ese vasto oleaje,
pero solo en el vuelo me partí
allí alto por servirte de relevo
y no ser solamente tu dibujo,
esas líneas de fuego,
pero vino tu sueño y gobernó
convirtió en realidad ese proyecto,
y entonces me cambié por mi deseo...

Y fui solo reflejo, piel, cascada,
antifaz sobre rostro que se quema,
mayordomo que mira
desde lejos
los trabajos del alma.

Cuando caigan árboles enteros
y la fauna de dios huya sin rumbo,
correremos con ella hacia ese fuego
pidiendo que se queme la memoria
de algún día sin ira ni demencia,
en que fuimos felices y algo avaros
sin nombres en la piel, sin vastos dogmas,
con apenas un rústico mañana por la fe prometido,
tan distinto del hoy que nos reclama
cada paso pequeño,
 la razón de vivirlo de esta forma
y no del  modo opuesto...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 1 de julio de 2014

FUNDACIONES / Poesía de José Ignacio Restrepo


ENGAÑOS


Galimatías cubierto de secretos
cosidos a una gorra de arpillera,
para guardar de frío a la cabeza,
a su justa de gélidas mudeces
que hablaban de los tantos
y los pocos,
que fueron antes de hoy tema del día,
y mañana serán diario pasado,
para envolver pescado,
o colocar
en la jaula del loro jorobado
cuya charla siempre es algarabía,
sin que lo sepa él,
o al menos uno
de los que tienen comba en este entierro...

Secretero que a voces se abre ahora
para que todos sepan lo evidente,
las noticias de afuera
que no importan,
las calmas que nacieron de tormentas,
los sonoros berridos que anunciaron
dolores que inventamos
una vez,
para ver si el de enfrente se creía,
y ante su postración que era verdad,
veíamos por fin que nos quería,
que ya no era dudar
un buen designio,
en los ojos mojados que decían
que el corazón sufría y sufriría,
crecía ese deseo de adorar
el todo por la parte de su ego,
lo pequeño,
lo turbio,
lo indudable,
y al día que seguía bautizarlo
con el nombre de ambos y el perdón,
sabiendo que algún día le dirías
que no hubo motivo para ésto,
que la angustia que tuvo
fue mentiras,
que ese celo sufrido lo inventé,
no hubo nunca ninguna Ana Cristina,
y el ticket del motel
lo recogí,
fue una prueba de amor y de las buenas,
sufrimos por mentiras inventadas
ambos sabiendo o los dos de puro tontos,
las cosas desde aceras enfrentadas,
más no pasaba nada...
era amor que ignorante adentro mío
se estallaba a igual tiempo de calor
pensando como idiota
que era frío...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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