HUNDIDO CORCHO
Cuenta
las veces que perdiste tu nombre
entre papeles acordados al olvido,
cuenta las manchas del colchón usado
al que llamabas sin pena por su
nombre,
cuenta, de noche, hoy que te sorprenda
la heredada cordura de tu
padre,
esos momentos pedidos y logrados
que tiraste sin más a la basura
sin escuchar a tu
murmullo firme
que te decía espera, un poco espera,
y luego encuentra la aguja ensimismada,
entre este texto
de vértigos atados,
la sombra indigna y locuaz en tus palabras...
Cuenta léxicos hechos y sufridos
para aguantar la tarde entre el silencio,
y mistifica el canto de los grillos
otra vez, y otra, y luego otra,
combinándolo todo a tus ayeres,
dale leche a ese gato que te odia
por negarle balcones que no tiene,
y recuerda entre tanto la oblación
ganada con tus noches de lunfardo,
para que ella te echara hacia el olvido,
esa muerte que no deja un vil cadáver
para poder a solas golpearlo,
sin prisa ni misterio, a duras penas,
donde más nos conduele,
ah, tú sabes que miento cuando cuento,
me equivoco, asumo que llegué,
renuevo con la voz tendida en alto,
lo único que quiero es el colchón
bautizado ingenuo con tu nombre,
cuando no te podías defender,
ya muerta
en tu cementerio imaginario...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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