jueves, 31 de enero de 2013

VESPERTINAMENTE / Poesía de José Ignacio Restrepo


COLOFONES


Y luego digo, 
ante el dios silencio, 
entrégame a Provenza, 
se mi aliento cristiano o mi acertijo, 
clávame esos salterios, soy mendigo,
 entronizando el yugo con la mano 
para que sea tu voz blanco sudario,
cotidiana presea y no castigo... 
Alazán con alas vuela alto, 
el delta de mis ojos es su arribo  
la desgana costumbre de volar 
se acaba con reptar los logaritmos 
y vos que regresas a mis dominios, 
nunca sales del pozo donde brillas...

Invítame a nacer amigo santo, 
yo te invito a morir ya de alegría,
ante la piel del otro solo observa, 
fatal que haya en ella inquisidores, 
pero ata una cuerda a tu cadalso 
para que nunca olvides el origen, 
pudiste no saber y ahora sabes, 
ese es el galardón, divino púgil,
la suprema emoción del que descubre, 
su ilesa potestad de erigir dioses...

Y cuando sin hablar brusco la llamas, 
compadecida ella y vos de ella,
 excelsas notas brotan de su lira, 
majestades del hacer concupiscente, 
porque son de creyentes sus bastiones 
y los gritos de pesar que dieron luz, 
por tus letras precisas y emociones, 
vivieron su hegemónica virtud...
en cada verso gitano y principesco, 
fueron par y aun lo siguen siendo.

Cántaros traigo, 
para llenarlos en el agua de esta casa, 
con ella sacra me baño, 
riego mi huerta húmeda, la tomo, 
arde como aguardiente pero es simple, 
mi corazón y todo lo que toca, 
de moribundo pasa a rehacer, 
cada recuerdo limpio del ayer, 
y hacer mediante esta estratagema, 
una cura de alma, una limpieza, 
que le devuelve años a mi vida,
 la pluma finalmente resucita...

Variedad de armónicos sucesos, 
la vereda se olvida de las horas, 
se caen los cerezos, huye el trino...
veleidoso y tajante, el desatino, 
al ver que yo no llego, olvida el tiempo,
como viento que suma al cabestrante, 
la ilusión de cantidad y dirección, 
yo por vos y sobre ambos todos, 
creemos ser fulgor entre las brumas, 
criterio que si emerge cura, 
duna sentida donde dar descanso 
a nuestros huesos, 
oxidados cual letrinas.


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 28 de enero de 2013

POR SER LUNES / Poesía de José Ignacio Restrepo


UN VITRAL ROTO


Sobre el suelo, caídos y partidos
en múltiples pedazos un vitral
de informe y conmovida causa ayer
y hoy solo cortante efecto desmembrado,
que junto a miles ha quedado sobre el suelo
para que llegue la escoba y lo recoja,
sin importar si fue ese hijo hermoso
elocuentemente puesto para hacer
la belleza de un todo,
lo más bello,
el acto de la vida de un artista,
y la bomba, y la mano, la ira pura,
el estruendo de cualquier sucio bellaco,
que ya nada le importa
y convencer
 de su hacer es ya el único acto,
todos deben estar aquí a su altura,
todos sin exclusión,
ninguna,
para la destrucción predestinados,
no hay belleza, porque existe la locura,
solo viles filosóficas alturas
cuya estatura va a ras del suelo,
por eso no podemos envidiar
a aquel que insanamente piensa obrar
destruyendo,
harto de que el mundo,
tenga esto o aquello
diferente,
das la mano tendida ante la gente,
soportando como todos esta etapa,
pero no la miseria de sentir,
que puede destruirse simplemente,
la belleza que espíritus implorantes
han dejado de testigo a cada instante,
para que
conjeture,
alce,
empuje,
cauce aliento,
no divida,
ni promueva más distancias,
explore la manera mientras viva,
de reponer en forma personal
las trágicas rupturas, el delirio,
las tórridas miserias que nos atan
a la pobreza entera y las penurias
de no poder viviendo reparar
aquello que trecientos malparidos
causaron a millones malheridos
para sumirlos,
y luego subsumirlos,
enterrarlos en vida,
esclavizarlos,
y dejar a los otros viendo atajos
donde sellado está el triste camino...

Pero,
¿Qué culpa tiene el místico vitral?
¿Acaso es el cuartel del malnacido
que tiene a los demás empobrecidos
para que vivan bien
doscientos seres?
Si tomas esa bomba entre las manos
para estallar tu rabia y tu abandono,
 recuerda miserable antes de hacer
que se levante todo a tu merced,
que cuando pasa en átomos volando
la improcedencia extraña de tu acto,
al menos puede irse antes de tiempo
el que tenía viva la esperanza
y la fuerza para poder él arreglar
esta fea derrota que nos ata,
y en un tiempo mejor,
dar soluciones,
de más bellas canciones
y esperanza,
y eso mi triste amigo terrorista
no tenías derecho de matar...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 24 de enero de 2013

LAS COSAS EN SU LUGAR / Poesía de José Ignacio Restrepo


A MARÍA CASTILHO


Entraré por la puerta sin tocar, 
con tan solo mis manos de instrumento, 
las verás aplaudir antes de tiempo, 
y afirmarse al pasamanos otra vez, 
no para no caer sino al revés, 
posiblemente para hacerlo y levantarme, 
después de dar dos pasos adelante, 
y por terco dos o tres de para atrás,
mi recuento otra vez por contumaz, 
hará de tus licencias mis bosquejos, 
y entonces cuando el sol entre de nuevo, 
la ventana tendrás que ir a cerrar, 
porque amiga, tras tanto vos tocar, 
y el turno tomarme yo con ganas, 
el sueño se birló por la ventana, 
y bien adelantada la mañana, 
 terminó sin mirar por convencernos.

Y ya adentro después de muchos días
de no tocar, ni hablar, ni hacer judías
las manos se volvieron evangelios,
los ojos de esperar tanto ya gritan,
en la escalera el paso se encabrita
por llegar rápidamente al aposento,
todo se nos opone y todo implora,
para que coronemos otra aurora,
después de casi volvernos tartamudos,
ciegos de un nuevo y merecido encuentro,
mudos por encontrarle fundamento,
cojos por no llegar a propia casa...
Hasta hoy que mi trampa tuvo eco,
en la tuya que es una trampa perfecta,
sonríe que la puerta estoy tocando
para cerrarla ahora con tu llave
y dormirme con vos después del canto
hasta que el sol avise que amanece...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

lunes, 21 de enero de 2013

LA FRONTERA DEL LUNES / Poesía de José Ignacio Restrepo



TRAS DEL VIDRIO ROTO


Cantos de las ventanas rotas
donde no llegan pájaros con trinos,
el humo ya hizo mella en la mañana
y estas escenas de pobres factorías
llenan de ansia solariega
las miradas de afuera que no veo
de esa vida incauta e insistente...
Nada hay que cambie los colores
de los muros mezquinos de las calles,
su negro afán de ser pisadas aquí no vale
pues no son ese aquelarre,
como si diariamente en el sombrío centro, 
donde la vida que boga en el asfalto,
marca la prisa y el paso de las horas
y nadie por fe se ve en los ojos de otro,
viandantes
que no tienen sino motivos ominosos,
para no recordar,
no ver al frente,
 ante ese oído que se dispone bien,
ni por suerte pueden reconocer
que la felicidad se fue al olvido,
diciendo duro graves groserías,
rotas promesas, 
aves que se lanzan al vacío
como jaurías de enconadas alas
que han tomado al cielo por tinglado
de sus incólumes grescas principescas,
sin reino ni princesa por ganar...
Arduas mañanas tras los vidrios rotos
esperando el qué, el cuándo y ese pobre cómo
para situar los nuevos pensamientos,
tras de los que ya ayer me hice añicos,
hacer a cómo ahora de lugar
bruscos fulgores,
cauces, 
preferencias,
aunque me sea el calor
mal consejero...
El de afuera, el de adentro,
 las manos en la frente dan al rostro
ese poquito de sombra que precisa,
pues el sol ya enciende sus rayos,
la mañana se gasta sin traerme nada,
solamente
un poco de oración recuerdo hoy
para que el sol se entere que sí es dios,
que es de él la gloria por lo nuestro,
por el verde que flamea, por el agua,
y recordar que pese a la ventana,
al roto vidrio, a la belleza que no hallo, 
al humo de las calles, a lo oscuro,
su luz abre temprano este lugar,
las cosas de la noche ceden,
otra vez nace todo nuevamente
y la luz de tu ser alumbra más...

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 20 de enero de 2013

ESE OTRO TABÚ.../ Poesía de José Ignacio Restrepo



NOS-OTROS


Si,
cromosoma x,
cromosoma y,
que dictaminan géneros y luces,
no sobraría ser más claros hoy
para allanar confusas defecciones,
surgen del closet dicen hombres nuevos
y otras mujeres,
de intenciones renovadas,
distintas a las de hijos procrear
para darlos al mundo de los otros,
que les pedía niños bien formados
para incluirlos en el mundo del trabajo
y estos llegan alzando algo la voz
con funcionales genitales que hacen cosas,
que hacen a los cultos cerrar ojos,
callar bocas y tapar oídos,
con la verguenza de ser mal entendida
pero sus invertidos modos que demuestran
pues practican el sexo libertario
de manera completamente personal...
Homosexuados, transgénicos, lesbianas,
transexuales de perfectas caras,
vienen a dar filosófica noticia
en una iglesia que funge por distinta,
ninguna libertad les es vetada,
y ante su exigente y fiel carisma,
las leyes eclesiales y civiles
deben abrir las puertas que cerradas
esperaban para nacer 
en los armarios...

Lo que estaba guardado ve la luz,
lo tapado del sol sale a la calle,
toda esta gente a mi ojos tan normal
brota a los gritos exigiendo su respeto,
valientes e iconoclastas veo corriendo
con pancartas que piden ser mirados,
como humanos con vida y atributos
semejantes a todos los demás,
la sigla LGBT no los define,
y no puede rendir que nadie mire,
yo soy del parecer de que entender
es primero a pedir ser entendido,
y si todos practicamos pronto habrá
ese ambiente social que todos quieren,
y que ellos desde siempre
deseaban...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 17 de enero de 2013

SIN TITULO / Poesía de José Ignacio Restrepo


ARDID


Gozos que aun me esperan
entre silencios ácratas sin rostro,
apegos entre el suelo visigodo
para tener a mano los modismos,
que hacen fila para ser hermanos míos,
pero mis brazos fuertes rompen istmos,
tiran los puentes hechos,
dinamitan,
y lo que dice en el texto que es valioso,
se calla todo,
por brevísimos segundos,
pues se ha descubierto y testifica,
que lo tan esperado no es verdad,
solo por ser ajeno de este tiempo
siempre ajeno de cualquiera
lo será...
Veo sarna en la piel de los clementes
en los ojos pacíficos paciencias,
tolerancias que arrasan las fronteras
y alimentan las alforjas de los ricos,
entonces nada tienen que ofrecerme
esos gozos que yo no bautizo,
mejor suerte otro día,
por lo pronto
me tapo bien los ojos con mis ansias,
de servir a las letras y a sus ecos,
de heredar de sus cánones pertrechos
para seguir librando guerras pobres,
guerras de libertarias intenciones
que no dejen en la tierra
el bien regado,
con la sangre saliendo por los dientes
y el sol reluciente
entre las manos...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 14 de enero de 2013

DE JUEGOS Y MUERTES / Poesía de José Ignacio Restrepo



ESCONDIDIJOS


Algo que no consiento
te repito,
por estas épocas por demás cansadas,
es, quimera, 
que tu voz desparezca,
tu voz dilecta de cariz siempre profana,
entonces no me digas que lo sientes,
que eso se me dice cada rato
desde esa zahiriente, bicéfala y nefasta
ronda sencilla de la muerte extraña
que no viene por mi si yo la llamo,
pero en los sueños sin ti
toma mi mano...

La otra la deja libre para ver
que otra divinidad quiere tener
cercanía de la buena con mis ojos,
que miran para adentro sin sonrojos,
mientras dormito para hallar descanso,
serenamente viendo
aquel registro
de lo bueno
juzgado por Mefisto
y lo malo que todos saborean...

Algo que si consiento
y tu lo sabes,
es que te escurras momentáneamente,
te bajes sudorosa por mi frente
cuando has hecho el amor en mi por horas,
secas llevas como yo las cantimploras
y bajas a buscar agua a mi ombligo,
allí la mar ha dejado huellas ciertas,
que ven como regresas de segunda,
y salinamente de mi ser te llevas
cálidas voces que tienen por hogar
mis oquedades, mis luces y mi hangar...

No temes ver lo que otras avizoran,
no temas resembrar tiempo en mis horas,
ay, utopía de mi ya no te escondas
que tengo yemas quemadas a la sombra
y llagas harto seniles en los ojos,
que sin embargo jóvenes mantienen
todos los sueños dignos de tal cosa,
los que ella siembra a mi pesar de noche
y aquellos otros que el viento deposita,
y que de aromas de flores necesita,
mi olfato púber y el rostro ya cansado,
para probar que aroma alicorado
puede rendir al más místico dueño
de solitarias misiones conmovido
con qué raptar de nuevo hacia algún nido
que fémina cercana bien le ofrezca,
y resanar sus muertes presentidas
en ese espíritu tosco pero bello,
que lleva supurando
un siglo entero...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 10 de enero de 2013

OTRA FIGURA BELLA / Poesía de José Ignacio Restrepo


LA ALUMNA SABIA


Te tenía por paria de las buenas,
golfa que sabe más filosofía
que las alumnas necias de leer,
por repasar a Foucault en tantas noches
donde era paliativo revisar
si la función revive por llamarla,
o se marcha por dejar de bien nombrarla,
tomaste con dos dedos el testigo
del amor que mantengo al escondido´
que no tiene contigo semejanza
más por un día acaso se parezca...
- En los pasillos de la facultad
descreo que usted tenga enamorada -
me miraste diciendo con los ojos,
pero este cuarto apesta a sexo bueno
y las sábanas con arrugas lo confirman...
Es morena, sin canas y te quiere,
me dijo con la mata de cabellos,
lo tomé como si fuera un bien ajeno,
un tesoro que prueba que soy tuyo
a veces con la noche por testigo,
este amasijo de pelos del amor
que el viento ha bajado de la cama
y ha dejado en la sombra del colchón
con nuestros diez deseos enredados,
tu sabes angostar lo que no es ancho
y tus palabras ansiadas de decirse,
vuelan y caen hasta el piso triste...
Bajo ese flequillo corto de muchacho
los granos de tu frente niegan hoy
que tienes veintiséis años vividos...

Releída por otros con sus tristes
camándulas de dimes y diretes
hoy que viste cumplidos tus deseos
de cuenta de mis artes y locuras,
y has dormido al sol bajo mi cuerpo
de profesor descreído de evangelios
no creo que traspases la espesura
de tu filosofal explicación,
si he llamado de nuevo tu atención
para que cuides bien esas preguntas,
amante de lo raro y prohibido
no tienes de obligada lucidez
que detener tu paso juvenil,
más bien seguidamente renacer,
muchacha de sociológicas lecturas
que persigue entre la nada explicaciones,
recuerda cómo se oyen las canciones
cuando vas de la mano de un amor,
y lo bello que dejar a la esperanza
la solución de aquello que no alcanza
a entender nuestro bendito corazón...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 8 de enero de 2013

TROZO DE HILOS PRESOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


EL PAÑUELO


Brocado al alma atado sin cuidado,
de cuyos nudos me quejo por las noches
cuando lo encuentro arrumado en pobre forma,
como trapo engrasado de cocina,
o recuerdo del hacer de alguna máquina,
tirada por hallarse ya inservible al parecer
en el garage oscuro, entre lo ido,
al lado del olvido y las letrinas,
no sabes que me duele, me reprende,
ver tu brillo inusual, superviviente,
midiendo las baldosas, cuando fuiste
el tejido ganado por mi frente
para privarla del sudor en tierno instante,
o hacer de mi boca un cuadro rosa,
al por solo un instante fiel tapar,
los besos incendiados que ella da... 

Tela desgastada por el uso,
el tiempo y las funciones han dejado
las señas del hacer interesado,
hay manchas, algunos desalientos,
la madeja entre el hilo está cediendo,
y más claro lo tienes en ese sitio,
donde era favorito el requisito
de secar las lágrimas, la baba,
el sudor que es al aire un bien salino,
no puedo devolverte la frescura,
la novedad se ha ido no sé a dónde,
es inútil terciar por si a venido,
ya no la vemos,
porque ya no existe...

Es la vida, un trapito divino,
de un tejido y ornato sin igual,
en las manos de cada ser humano
la humedad y frescura va gastando,
incluso cuando el amor cuida la trama
ella precisamente al proclamarle
desgasta bellamente lo que tiene,
llevándole a ese gasto irreductible
que lo deja hollado, entre agujeros,
tapando ese brillante y bello hoyuelo
que tus mejillas muestran si sonríes,
mi preciosa mujer que no envejece,
y solo se hace madura
tras el tejido blanquinegro 
de mil hilos...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 5 de enero de 2013

TODO VUELVE, INCLUSO LO PERDIDO / Poesía de José Ignacio Restrepo




REMEMORAR - TE


El recuerdo renguea,
temiendo no llegar a su objetivo...
La palabra regresa por lo suyo, 
las líneas bien trazadas, frías,
de un espectacular sueño fundido, 
y claro, 
quien es dueño allí enmudece 
al ver saltar desde la hoja, el sueño entero, 
más la sombra de la infante paradoja,
gritando pidiendo que la sueltes...
Todo completo,
los lentos miramientos hacen cola
para encontrar el nombre de la calle, 
y poder lentamente devolver 
a la mente sin cortes sus recuerdos, 
ellos como jóvenes huidizos
suelen irse sin voz tras tras de los ecos
que producen en las noches tus pisadas,
 lanzar un mil gritos en su nombre,
para volver al espejo
y verse nobles...
Son restos del fulgor cortante 
y pensamientos llamados a ser fuego, 
si revives la piel, y montas guardia 
con tu par de maletas bien cerradas, 
esos recuerdos nobles del amor, 
volverán a ser hijos de tu voz...
aunque no encuentres ya 
la calle y la carrera, 
donde todo lo ido sucedió...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 3 de enero de 2013

LITURGIA PRIMERA... / Poesía de José Ignacio Restrepo


PINTURA ADENTRO


Una habitación 
en el borde sangrado 
de una piel con nombre, 
una boca llamando 
en el idioma sin fe de los desesperados, 
un color fugado 
con nombre de cautivo y mano detenida en negro sueño
salva su voz que canta al color detenido en  la paleta, 
una llama que asciende hasta apagarse toda, 
en el cielo rojizo de la boca...

Color tierra, 
todos los credos inmensos
yaciendo desnudos y sinceros
en tu piel de estreno,
Guernica de mis ojos estallados,
los sueños y las ansias
entre piernas y manos enlazados
para dar vida a aquello que ya salta
por las baldosas quebradas de la casa,
entre palabras inmensas y pequeñas,
dándose entre dinteles y con muebles
como si fuera un globo
que no encuentra
la corriente de aire suficiente
para alzarse y marcharse
de  una vez,
con su estela atónita
por siempre...

Estos amados gentilicios tuyos 
caminos recorridos 
en los que nada va sin ser llamado, 
fatiga de no ser uno de los motivos de tu haber, 
amarse suficiente para buscar 
y hallar lo que se busca...
Todos los rojos regados, 
palabras a la sazón completas en la espuma, 
que no lleva siglas ni nombre, 
solo fe...
poemas que definen lo que tengo
más allá de lo que tengo por tener,
marcha vocal como un axioma precavido, 
del azar la dinámica esperanza
mientras invoco que lata el corazón
garantía sin voz de que haya tiempo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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