viernes, 27 de diciembre de 2013

SERENDIPIAS CON NUBES Y CON AVES / Poesía de José Ignacio Restrepo


SEÑALES


Rupia que no me compra
en la mano de algún alguien hoy se ofrece,
busca sin más coronar el canto mío
con el rescate ardiente y sibilante
que ganando está en la simiente de los siglos,
esclavizando el pan,
alcahueteando al amor acostumbrado,
y al cielo doblegando otra vez,
convirtiéndolo en dolor,
rompiendo fuentes,
cada minuto amado de su ciclo
de nimbus declaradas sus amantes
y cirros que se niegan hoy de nuevo
a ser plácidamente
sus sirvientes...

En la mano del oro veo señales
de precios que valores no son tales,
todos quieren coger el brillo fatuo,
y vestirse entre bailes que no acaben,
enlazan las monedas al deseo
y en muros fabricados de papel,
pintan lo que vendrá como si fuera
el jardín de la fe, locos felices, 
masticando sin dientes
sus perdices...
No escuchan el vaivén del viento noble
que anuncia en delicadas filigranas,
la caída del puente que todo une,
el berrido insalvable de las ansias,
la huida de los niños hacia el vientre,
y los que deberían reluchar
ante el afable sentido de estar vivos
y no tirar el curso de las aves
sobre el hielo funesto que se parte,
menoscabados siguen en la fiesta
sin una bienvenida o un adios 
para las caras nuevas que preguntan,
a dónde diablos se fue el ángel caído,
en qué punto de este almacén
de sin sentidos
duerme plácidamente un dios perdido
con la cara de un niño sobre sí
que se ha despertado,
y a una madre infeliz
el pecho pide...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 21 de diciembre de 2013

LACRIMOSOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


VÁSTAGOS 
DEL DOLOR

Ese tierno elegir 
entre dar poda a todos tus dolores, 
urdiendo otra palabra que los sane
aunque mires de cerca
cómo sangran,
esa media sonrisa, 
fragata que no llega 
pero sigue halando todo el mar 
para que sea su pérfida selene,
su lágrima perfecta que se cae, 
su acertada dádiva de voces
que rueda serena por tu rostro
mientras alzas la voz
internamente,
agradada de estar, de ser,
seguir...
Ese péndulo yendo y regresando, 
haciendo un mil senderos ya supuestos
puentes cruzados
entre Caliope y Cupido,
para que hoy nuevamente, 
aquí converjan, 
en tu álgida herida, 
deriva de dolores ya olvidados,
como gozos sentidos y amarrados
que se llenan de besos
por ir vivos,
entre sueños de ya no ser lacrados
destellos del ayer que ya no fue,
las marcas de lo ido
y lo quedado,
tus recuerdos de miel
de hiel logrados...
 
 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 17 de diciembre de 2013

¿QUIÉN DIJO SANTA? / Poesía de José Ignacio Restrepo

ES NAVIDAD


Del borde de la tarde que se va
llega como camándula encontrada,
esa verdad tantas veces referida
que por éso a mentira sabe,
a  veces,
que se obtiene nada más con regalar
aquellos que no sobra,
éso que nos alienta a trasiegar,
A DAR UN PASO MÁS HASTA¨LLEGAR :
la verdad, la esperanza, la paciencia,
esa fe en que todo va a estar bien,
mejor sencillamente,
con solo enarbolar nuestros deseos
como aquel estandarte
que mostrara,
en el barco perdido de algún mar,
su origen, su verdad, la buena crianza
de aquellos habitantes
que lo llevan,
por aguas que les son desconocidas
hasta puerto seguro
para todos...
Eso traje esta vez,
un poco de todo,
a propósito de fechas que nombramos,
un poco de verdad para tu casa,
nadie que pase hoy la dejará
tendida en el renglón de olvidos,
debe llevarla, ablandarla, repartirla,
darle un diez a su cien, y sumar todo,
sonreír por lograr dejar tesoros,
que creía perdidos, u olvidados,
dejando en el saber desconocido,
en ojos que no sabe de quién son,
el amor que le signa,
el perdón que amortigua las caídas,
esa fe que pretende ya no ver
cubriéndole el rencor de las heridas
para luego sanarlas...
Ésto traje,
una lluvia de guirnaldas,
pingües bolsas repletas de confeti, 
estas letras que dicen cómo se hace
para sembrar verdores y alegrías
esperando que lleguen 
nuevos días...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 11 de diciembre de 2013

ÓSCULOS SIN OLVIDO / Poesía de José Ignacio Restrepo


QUEROSÉN


Celosamente como óxido aferrado
se toma de mis cosas el recuerdo
al abrir un cajón, hilar un verso,
destender un atávico deseo
sobre la cama húmeda del gozo
y verlo patinar por la baldosa
tras haberse caído, indecoroso,
desnudado por el hacer de la otra noche
cuando ayudaste a tejer mujer derroche,
estos cálidos, furtivos filamentos...
Costoso es desflorarse e incestuso
vestir la realidad con ese ido
sonámbulo quehacer de lo pasado
que pasa entre dormido, y bien filado
por los vestíbulos sucios macondianos,
donde tengo colgados un mil trajes
que me puse y me pongo y luego quito,
para ofrecer desnudo lo que soy
en las brasas de ella
que me ciñe y me suelta sin agobio,
me interpela y luego dulcifica
mis preguntas fraguadas,
mis ataques,
mis diluvios de pura trementina,
mis  alardes de ser y parecer,
mis liturgias sin dios
que no trascienden
más allá de sus manos y mi piel,
donde escribe ritual y vigorosa,
 entre marcas dolorosas su cadencia
con su ávida miel curalo todo
que hoy de nuevo, en la noche sin estrellas
recibiré agradecido entre recuerdos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 2 de diciembre de 2013

CON LOS OJOS DE DOS / Poesía de José Ignacio Restrepo

 
 
PRINCIPIO UMBRAL


Cuando sirva ese surco hecho dolor
para ir al refugio de la ira,
olvida ese camino que su mano
trazó con tanto amor y sin cuidado,
que se llama perdón ese pincel
y debes restregarlo en el ayer
aunque tosco te quede cada trazo,
te lo digo
rumor
viento
recuerdo
aviso de papel
vidrio ahumado
verso que cala hondo
llanto fino,
te repito sin cuentas
para que oigas,
si la mano de ella heridas hizo,
no temas bien tomar un triste trapo
y jabón reponer cada que vas,
de su sur a su norte
y más alla,
con fuerza da a la mano dirección,
hasta que dejes limpio
todo éso...
que ella se merece que lo hagas
por los buenos momentos, y los otros,
y lo que el tiempo amante
comandante,
todavía les traiga...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 30 de noviembre de 2013

LA COLONIA DE EROS / Poesía de José Ignacio Restrepo


AL TACTO


Emergimiento,
aquel forjado entre la piedra, tarde,
pulido por la mente y el aliento,
para la piel temprano si mal siente,
o si estandartes lleva mal grabados
por alicientes e papel o duelo
para signar el paso de la muerte,
el primero, el postrero,
el intermedio
si no tiene más queja que el saber
qué se hace con él
cuando alguien llega,
con los ojos tan llenos de querer,
mientras vigila al otro...
Carne golosa,
partida entre dos cuerpos,
línea que une lo que yace solo
atareada  en divulgarse a solas,
con las voces de hiel y propaganda
que la hace parecer nueva y hermosa,
aunque regente el dúctil, manifiesto,
paso invaluable en rezos de la horas,
letanías de solo una palabra,
carne del placer bandera,
mapa que corrompe las fronteras
donde el nombre no es el quehacer,
y las manos derriban cualquier gozo,
para lograr el ácido y siguiente
placer que no se llama
y solo duerme...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 28 de noviembre de 2013

LOS REMANSOS SECOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


DERRAMADAS


Derramada tu sal dejas un rastro
cayendo de la mesa justo al suelo,
después grano por grano corre al viento
mientras siguen ardores fieles turbios
pasos bien para adentro, pueblo adentro,
como aquellos que nacían en la boca
de la voz de algún mar entrelazados
o en las olas precoces cuando al alba
rumorosas pasiones prometía,
llegarían sin más tan solo al irse,
o esos divinos sueños que ya saben 
que es el fin cuando alguien les musita
sean felices que ya se lo merecen...
Sales como bromuros incendiarios,
como áspides fogosas reclinadas,
en la senda impartida ante el destino
con el solo y filial criterio amigo,
que está por entregarse por amar,
y por sufrir después acto seguido,
tomar cada remedo de placer
y romperlo sin más contra el espejo,
sin desprecio interino de la risa
que suban desde allí del escenario,
lacrar fuego en la frase que predica 
que no es aún quien luego incumple
y ya tiene grabada en la pared
con lineas muy pequeñas de algún lápiz
los días que faltó, que faltará,
con la única rúbrica creible
de que no está la pieza necesaria,
esa simple y metódica sonrisa
que no puede brotar al natural,
en los dientes cariados hace tiempo
por la excesiva azúcar restregada,
que la sal de la vida no esperaba...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 23 de noviembre de 2013

DETÉN LOS ALTAVOCES / Poesía de José Ignacio Restrepo

RUISEÑOR


Con el aval de un libro taciturno
donde dejó sutiles ronroneos
mi gato bartolero,
recupero mi duda por leer
y el pálido saludo reaparece,
frente al vasto panel de la ventana
donde alguien me llama...
Es azul, 
el migrante que no halla su comida
dejada con silbidos cada tarde, 
voy por ella, la traigo, la coloco,
es inútil, se ha ido...
Con su imagen tocando el vidrio alto,
me marcho a las esferas de lo simple,
 penetro en ese oscuro terraplén
rumbo al feroz edén
 de mi futuro...
No estás tú,
ya te extraño, te dejé,
las planas mil sonrisas que me diste
rondan el alfeizar de mi pasado,
y en el cojín que ampara mi cabeza
veo tu dulce de fresa empegotado,
como saliva de niño no lavada,
y recuerdo alabanzas a mi encanto
que dabas con tus ojos largamente,
las breves y las largas,
y esas otras
configurando besos delicados,
cada uno distinto al anterior,
cada uno viajando como líder
a la historia que apenas
cesa hoy...
Miro la tapa, la foto, el epigrama
donde narra el autor sus datos ciertos,
luego pregunto en voz alta
quién soy yo,
y sin más, sin peligro me respondo,
el verso de hoy yo soy,
y el de mañana,
soy el canto, la fuga, la explosión,
la palabra nacida aunque precoz
y la mejor de todas, bien pensada,
así esté errada por poco trabajo,
ese soy, el que canta con motivos
y en la tarde con el día ya vencido
pidiendo su comida prometida,
toca incesantemente
en la ventana,
y espera poder sin duda regresar
con su palabra filial
en la mañana...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 21 de noviembre de 2013

EVIDENCIAS NO FALTAN, MI SEÑOR / Poesía de José Ignacio Restrepo

 
 
QUEJAS


Soltar la manos,
palmotearlas,
aplaudir al aire
como si justo de eso se tratara 
con tal de no incubar dolores nuevos,
que tengan su existencia
puesta en duda,
por la similitud con otros viejos,
disidentes del tiempo e inclusive,
perdidos entre el fuego y la trifulca
que llenan de aspereza nuestra vida,
y que son prometidos en la cuna
cuando un extraño cubierto en una bata
sin preguntar a nadie, majadero,
sobre el níveo rostro del bebé
vierte un agua fría, largamente,
con motivo dudoso y no explicado
que se siente como aguda cachetada
en esa piel tan nueva...

Quitar de las muñecas ese lazo
que amarra resistencias sedentarias,
ellas quieren quedarse y resistir,
quieren tener por casa nuestro hogar,
se niegan a perderse en el vacío,
en los días que pasan y al oído 
suplican por quedarse,
por dormir en tu cama,
no morir,
pues tú las convenciste de que son
tus rameras sentidas,
que en tu  pecho un lugar ya se merecen,
y ataduras con cuerdas renovadas,
y claves que no entienda la otra gente
para poder hablarles,
y tocarlas,
y sobarles el lomo tan crecido
que cada una tiene,
cuando no haya quien te mortifique
ellas, tuyas, lo harán,
es la ley del perfecto resentido,
con sus putas al hombro rezongando
sobre este mundo herido,
que precisa de pan,
y pare cada minuto otro quejido...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 18 de noviembre de 2013

REALEZA VARADA / Poesía de José Ignacio Restrepo


RASTROS DEL FIN
 

Si otra gnóstica nueva nos trajera
respuestas comprensibles a las cosas
que engendran nuestras iras más sutiles,
por no pender de cuerdas y engranajes
que se puedan atar muy bien al cuello,
para luego poder sin más lanzarse
con la suerte del fatuo o el tarado,
que se matan dos veces de una vez,
al quedar bien colgados de la nuca,
y luego repartidos sin piedad
sobre la loza gris-roja de afuera
o el cemento más duro del zaguán...
Si pegaran carteles que indicaran
los días de salida y de llegada,
de esos invaluables pensamientos
que pasan raudamente cada tanto,
sin dejar algun rastro de su luz
un gran sonido, doble, en lo posible,
y que rezan por ser tan prohibidos
y al mismo tiempo ser tan necesarios...
Pero no hay aviso recto para éso,
solo destellos hay de lo ocurrido,
flamas de piel pegada con cerillos
marcas profusas en las yemas de los dedos,
sin fecha, sin deudor, ni domicilio...
Cascada que antes fue pobre riachuelo,
gozos que se volvieron atenuantes,
motivos de vivir que se olvidaron,
lastres durmiendo siestas sobre el cesped,
donde pasa tu voz gruñendo a solas
después de recorrer toda la casa,
buscándote, sin dar con ese rastro
que desde ayer dejaste sin querer
y ahora está mudo ardiendo 
a tu costado...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 16 de noviembre de 2013

HOLLY WOODS QUE SE ESTALLAN / Poesía de José Ignacio Restrepo

 
INFIERNO


Que el tiempo se vaya, entonces,
que se esconda, 
bajo alfombras de azulgris polvoriento, 
y se fugue después por las ventanas, 
con su gemido atroz, 
da cuenta vos, 
dejándonos aturdidos, malgeniados,
ataviados acaso por milagro...
de momentos eternos...
Los vemos, los sufrimos, los gozamos,
instantes que nos llegan cual regalo
para después marcharse
sin permiso pedir, solo salir,
por la primera puerta que encontraron,
y seguimos sus pasos,
salimos para ver a dónde iban
o bien verlos partir a la memoria,
y entonces vimos todos
 a esos conos puntiagudos que amenazan 
con caer desde abajo para arriba, 
edificios que tapan hasta el sol,
aceras que respiran vahos tristes,
putas que se lamentan, luego ríen,
mendigos que recitan,
perros,
es todo lo que hay dijo cualquiera
y yo iba a murmurar no puede ser,
pero es verdad
se nos cae a pedazos
el sueño de que fuera algo mejor,
acaso una maniobra, qué se yo,
no,
 miro destejarse a los tejados,
a los arados quedarse sin semilla,
y los mares subir,
al hielo irse,
océanos febriles, enconados,
rondando las ciudades del turismo,
podría hasta reír si no llorara...
Horizontes sin pan, 
ojos que ni miran, 
almas que de lo quietas no espavilan, 
es la muerte que llega a este infierno, 
hay clientes 
contemplando en cada esquina,
y un poeta
que llora por momentos,
tendido como niño,
su rostro ya cansado interrogando
el sucio y desabrido pavimento... 


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 14 de noviembre de 2013

LOS QUE DEJARON SU SITIO / Poesía de José Ignacio Restrepo


 
HISTÓRICO


Lenta grafía la del agua tibia
que cae ensimismada por la torre,
la adornan todos los verbos nunca dichos
por habitantes serenos y viriles,
que se perdieron de estos aposentos
sin un adiós que explicara algo o nada,
sobre lo que vendria si se iban,
gotea triste por áridas ventanas
 oscureciendo el día con mil ramas,
creciendo en pretenciosas plantas
con nombres importados del latín
que no querré conocer...
El muro ha adquirido potestad
mientras el tiempo pasaba,
todos los años perdidos y los otros
los que soñó regresando a esta casa
y el dolor de su historia corpulenta
en cada muerto ladrillo,
y las risas atrapadas de los niños
que crecieron dolientes y perplejos
 esperando luchar en una guerra
que de regreso trajera alguna cosa,
y se fueron con ella,
y todo esto murió cuando supieron
que no tenían a nadie que volviera,
ni sendos huesos frontales,
ni una tibia,
que les dejara tocar un poco el agua
bajando algo templada de la torre,
como en los días en que todos habitaban
este lugar de fianzas sin pagar
con veinte deudas dejadas al olvido,
que desde allá me mira taciturno
mientras yo nada le digo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 12 de noviembre de 2013

LAS EDADES DOLOROSAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


 
HEREDAD


Torcidos palos 
avisando en secas ramas,
donde tajos en rojo aún palpitan,
de aceradas y serviles hojas blancas
pero no de las que caen y se mudan,
sino de otras enterradas hace tiepo
que yacen olvidadas, solas,
con sus filos rojizos y herrumbrados
de cortar tanta mano, tanto rostro,
por devenidas cuentas inventadas,
de gente que cayó muerta, enterrada,
y al lado de estos árboles torcidos
halló su duermevela para siempre,
bajo grama callada...
Y los vientos mestizos
ahuyando deberes y pesares,
bajando por el río y los linderos
sin tumbar una lápida de verdes,
ni pedir de la réplica algún nombre
que relate algún cuento,
niegue enjundias,
desbarate otro plan que manifiesto
pretenda dibujar senderos, mapas,
herencias de comienzo amortajadas,
cambiando la misión y haciendo historia,
con los rostros de muertos boca arriba,
viento muerto de esencias combativas
que le cuente a la noche de algún día,
como tantos quedaron sin latido,
con el pecho callado y sin su voz,
cual si fueran cuatreros por ser solo
campesinos del alba hasta la noche
con su recua de chinos atascados,
en la vera callada, solitaria
preguntando por su padre hoy otra vez
cuando la luna ajena llena mira
esa vega entre verde y repelada...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 5 de noviembre de 2013

PERDER PARA SEGUIR / Poesía de José Ignacio Restrepo



FALLIDO


De todas 
la más horrible de las mofas
es aquella que no podemos dar
a los actos de esforzado arrojo
que sin testigos nos han salido mal
no podernos reír ahora mismo
de los fallidos hechos del pasado
y tener ante la piel que conservar
el cariño insensato por aquello
que soñamos tener y no pudimos
como si de antesala aún tuviera
ese sueño permiso escarapela
para poder llegar a nuestra vida
por la puerta de atrás
o la cocina

Enmiendas curas viejas ablaciones,
cuerpos que se dañaron luxaciones
por querer poseer lo imposeible 
por querer adecuar a nuestro ego
ese otro que abrasa entre destellos
nuestra ideal verdad o nuestro mundo
y solo es un crisol como otros muchos
donde se queman miles de deseos
que ansían la belleza con su dueña
o la charla perfecta con los ojos
que tienen ese rostro de poceta
y su voz que parece andar cantando
hasta cuando calumnia o cuando dice 
llegué
y sabes que es solo una emoción
bien aprendida que a ti justo esperaba
como lo hicieron otros que pensaron
que ella era la justa la mejor
la más bella que había
la única que podía ser querida

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 2 de noviembre de 2013

DE MUCHOS, MAL DE MUCHOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


CONTRA EL SUELO



Mano aventada al aire como sable
con la mística misión de hallar la mosca
para darle por fin su lección pura
que ni un segundo dure por lo exacta
por ser vital final al sacro instante
¿Qué no somos nosotros
como esos insectos voladores
empeñados en la diaria subsistencia
contra manos y brazos que nos buscan
para abatir la férrea voluntad
que contra ellas y otras oponemos
para dar en cada minuto como sea
la mejor o peor de las peleas?
Golpeada y sincera reciedumbre
que después de hoy no sirve para nada
alaba nuestra sangre la oleda
antes de bien salir por nueva herida
que emergió en nuestro cuerpo con un golpe
sin mal porque es hacer éso justamente
lo que hace la vida sobre todos
su fría y personal naturaleza
como en nosotros sentir
que como insectos volamos
por único y forzado fundamento

  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 31 de octubre de 2013

EL LUGAR QUE ESPERA / Poesía de José Ignacio Restrepo



VELAR LAS HORAS




Rentas de más en este asunto noble
de corregir inhumaciones y relatos
que llegan como ecos como acordes
de musicales obras interiores
unas comparto con presencias tibias
que me conmueven con besos y caricias
pero la mayoría enfrento solo
con la voz contraída como sable
y sin el viejo escudo de mi padre
que augusto se extravió antes de ayer
en un trasteo innoble
hecho de noche
y en carros de papel

Senderos de mi llanto puedes ver
en los desiertos que lloran por un mapa
y yo te invito amigo a recorrer
estos techos los muros y ventanas
no seas preguntón
no hagas doctrina
recoge mi mortaja si se cae 
que aún está muy nueva y harto útil
puede hacer de litera o cobertor
y cuando sea vieja donaremos
a la calle sin nombre
que sabemos
donde por cien esperan ratas nobles
que vayamos sin don ni garantía
a saber qué es pobreza
qué es vejez
pues solo en ese ristre peregrino
se conocen los sabios de verdad
que sostuvieron guerras con la vida
y ahora cantan sus duelos y sus rimas
sometidos sin dios
contra la edad

  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 29 de octubre de 2013

LOS REZOS PERFECTOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


DÓNDE ESTÁN
(A mi madre)


Diez camándulas bellas
tenía mi mamá
ya no sé dónde están
solo usa la de palo
con ella dice pan si entra Ave María
y si cae Señor la aprieta 
sin medida
Mi madre debe rezos de amplia sintonía
tiene el cielo enmendado
en su jovial papel
cuando bebe su vino y su pastel comparte
tiene rezos mi madre que le saben a gloria
Amansa el corazón con bellas oraciones
mercedarios pedidos por todo lo que piensa
quienes quieren ganar
ya lo tienen perdido
y en los rezos maternos su pedazo oirán
 de rezo bien orado redondo y lanceolado
que remienda pecados
Sea lunes o martes los rezos se preguntan
si el miércoles será otro día perdido
cuando llamo y no oye
es que reza en voz alta
atacando en las uñas el palito de gloria
Los jueves simplemente se escapan las palabras
y resulta inventando una bella reseta
donde el mundo olvidó hacer cosas mal hechas
así como ella olvida
completar otra vuelta
Los viernes el rosario se termina completo
recortado en olvidos terminado derecho
y ella acaba esperando
pensando una vez más
dónde están las camándulas de bella pedrería
con que ella rezaba tan bien en otros días...

  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 24 de octubre de 2013

TODA AMÉRICA, UNA FINCA / Poesía de José Ignacio Restrepo



EL COBRO DEL SALDO
( ...último encuentro con General en retiro...)


Bordes, fronteras, barandas que se alejan,
escalinatas de vidrio ya incompletas
cuyos fragmentos servidos en el suelo
muestran rostros silentes y ampulosos,
llenos de lo que hubo y lo que no,
en derivadas, senos y cosenos...
Suya la prisa por hendir la carne,
por templar cada gesto, cada calle,
cada vereda hecha, cada casa
por donde ya pasaron los momentos
y los miraron de arriba para abajo,
y en medio de los gritos de las aves
corrieron sin saber la dirección,
con la cierta ilusión de que la vida
no se les fuera entonces de las manos,
como le pasa a usted ahora mismo,
lo veo, y no lo puedo ni creer,
su cadáver ya sin porvenires,
y ese grito de no, no haga ésto 
lanzado sin su boca y sin su voz,
suspendido,
yerto, frente a mi...
Altas vuelan las garzas y a las nubes
suben sus cantos diáfanos benignos,
y usted que prometió seguir viviendo
tiene ya el pasaporte cancelado,
todo lo vio venir menos a mi,
que le dejé entre el pecho la hoja nueva,
mientras su sangre buscaba la salida
me escuchó recordarle del pasado,
de la casa quemada, de ese fuego,
de la tierra asolada de mis padres,
y la huida infeliz que allí emprendimos,
de este largo camino que me trajo
al frente de su cara tan igual,
al rostro de ese inmundo criminal
que vestido y tapado de uniforme,
desplazó, humilló, y asesinó
a aquellos que vivían en sus tierras
como lo manda dios, como lo ordena,
como dijo la ley que bien lo hicieran,
habitando un hogar sin que los jodan
y sirviendo a la paz de un porvenir...
Vine hoy a encontrarle sin permiso
con un último encargo de la vida, 
y eso era cobrarle simplemente
todo lo hecho en contra de la gente,
tan seguro de que ya nada posee
y que no puede alcanzar con su pensión,
para hoy dignidades devolverles
a todos los que fueron desplazados,
que perdieron la vida y sus ahorros,
y ahora están tendidos como usted,
en la tierra cansada de entregarse
que no ha podido nunca defenderse, 
ni gritar, o absorver su negra sangre
que no es un  alimento deseable,
asi estemos usted y mi persona
en la tierra de nadie...

   JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 21 de octubre de 2013

PAGO POR VER, SÍ, CÓMO NO... / Poesía de José Ignacio Restrepo


DEMOCRACIA


Carnada de metal con sangre rancia,
para pesca de ácaros gigantes,
este juego de ciegos y videntes
que se ensaya sin ley en todas partes,
nos tiene de los nervios a los justos
y a todos los demás de las narices,
demasiado vital para jodernos
con la política inerme,
la que es buena,
la que todos quisiéramos saber
dónde andan lapidando,
dónde matan,
a qué hora la ahogan como a un niño
que tuviera el futuro designado
y de todo sobrara cardinal,
como punto y aparte...
Carnada refundida de metal
que todos nos tragamos bien profundo
y nos produce el claro malestar,
la indigestión malévola y corriente,
por comer alimentos putrefactos
y seguir hacia allá, a ningún punto,
como si nada,
como si tal cosa,
verdades que ya son pura mentira,
cosidas desde sures hasta nortes,
desde los pies hasta el centro de la crisma,
porque llegamos a la cesta de los votos
y pensamos "sinceros" nuevamente
por qué no,
quizá sea uno bueno,
uno que sirva por fín,
gracias al cielo,
y nos pintamos la yema, la falange,
nos pintamos de idiotas y ya es tarde,
empieza  a doler donde está fino,
pegada la carnada nuevamente,
del rojo maxilar brota sangrado,
pero no duele tanto...
comienza la función, la democracia,
no te hagas, verdad,
no duele tanto...

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 16 de octubre de 2013

INVIERNO / Poesía de José Ignacio Restrepo



DE MORDER 
EL LÁPIZ


Puede ser ahora mismo un nuevo clip
pero siempre prefiero esa cubierta
que cubre de metal al borrador,
del lapiz amarillo, salvador,
instrumentos que pasan por mis labios
y terminan sin más entre en mis dientes,
proezas de metal, 
mientras la pienso dos veces,
aplacando premuras en la boca, 
que ya supo de sales y de vinos, 
el tercer pensamiento me la trae 
completa, diciente, majestuosa,
y ahora quiero sus ojos, 
lo que miran ya mismo,
lo que tengan atrás como desván, 
la luciérnagas vivas que rezongan
y suben por sus sueños desalmados
dejando sus sencillas huellas luminosas, 
que puedo ver, si,
a pesar de este sol canicular, 
que tiene cara de volverse una tormenta,
y este sorbo de inercia, 
estos parajes internos con relieve
y cansancio,
de llevarme a cuestas,
con mi prisa a cuestas,
al pensarla aún más por cuarta vez
puedo verla de pie allí en la acera
la sombrilla que no se deja abrir
en medio del fragor de la tormenta, 
que ya llegó a sus pies,
veo sus lágrimas de anís, 
bajando fugitivas por el rostro
su miedo de verse medio muerta
al pasar corriendo entre los coches,
un sorbo de muestra de su llanto
es un vino precioso
y no puede salir desperdiciado ni en esta
ni en la otra fiesta, 
la arcana y ya postrera de las almas...

Como un ósculo de invierno 
que se lanza a cualquiera en la estación,
cuando ya colocamos los dos pies
sobre esa pequeña escalerilla 
que es promesa, o no,
y es inminente el adiós con lo que ves,
dejo todo abierto en la oficina,
y salgo a la tarde, a la calle cohibida,
y corro,
corro,
corro,
a campo traviesa entre los coches,
mientras la lluvia se suelta
y borra sin esfuerzo los contornos
de todo lo visible y lo invisible,
me demoro un poco pero llego,
y ella me ve y sale a recibirme,
parece un ángel en misión de hierro,
no sabe que aunque luzca un salvataje
es ella la que salva todo,
con su pelo mojado, su voz bella,
y la sonrisa venciendo
sobre todo,
el fragor inclemente
de esta tarde,
que apenas yo llegar
 ha roto fuentes...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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