jueves, 29 de noviembre de 2012

AL OTRO DÍA... / Poesía de José Ignacio Restrepo



EXPLICACIONES 


Pero no creas
 
en mi gesto adusto,
es como un pórtico alto
para impedir que entre gente extraña,
no tu pie delicado,
el tuyo no,
no tu amplio criterio
de hombre araña,
que trepa libremente mis conceptos,
y adolece cada que me voy
del vigor de mis ojos
de hombre honesto,
me dijiste ayer 
con voz de entraña,
que te es concebible mi lamento,
por humano, por bello,
por usado,
por servir para dar agua a lo seco,
empezando por la útil servilleta
cuando la lleno de mocos
y la doblo,
dando amor del humano
al que me observa,
porque suelo sufrir por ese asunto
que es cosa de otro o de varios,
o del completo e infeliz
genero humano...

No creas nunca 
que mi cara triste
es un anuncio de que debes irte,
es la muestra de que aun tengo alma,
y que me duelen tanto como a vos
esas tragedias que son de más de dos,
y me pongo a reptar por la baldosa
prendido de mi alma
caprichosa,
que me dice olvida,
es necesario,
debes seguir si algo es imposible
de alcanzar solución o transformarse,
el alma que es mi hacha y mi camión
a veces suele herirse
sin motivo
por las cosas que tarde y en envión
se me meten, aquí,
interinamente,
y no me dejan siquiera 
ir a dormir...

Por eso,
si me oyes proferir,
amigo debes irte, 
es temporario,
no es derrota,
ni he dejado de quererte
o desear que atormentes mi temor
con tu aval de amigo y confidente,
no creas que tenté mal a la suerte,
y que te echo sin causa de mi lado,
es cosa de nosotros
los dolientes,
los que en la espalda cargamos
discusiones, problemas,
intermedios,
inflexiones,
que no nos pertenecen ni son nuestros,
alza la voz y repíteme te quiero,
desde el lado de afuera de lo nuestro
que después de llorar vuelvo y te abro,
el puente levadizo de este sitio
depongo para ver que entras de nuevo,
amigo,
no es verdad mi gesto adusto,
no te escondas
afuera
en los arbustos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 28 de noviembre de 2012

...LO QUE YA SOBRA... / Poesía de José Ignacio Restrepo



QUÉMALA


Tibio me sube
el coraje como voz ajena,
por cosas que ignoro cómo pasan,
aunque bien ya sepa cómo ocurren,
se me quedan a vivir justo en la cara
como esos rojos inmensos,
pesarosos,
que nos daban de pena
si la falta,
era del todo vana y corregible,
cuando éramos mozos e inexpertos,
ayer hizo diez días
por supuesto...

Quema la lista,
me dice Buda a diario si esto pasa,
y echa las cenizas al retrete,
luego busca una joven que se ría
y devuélvele lo mismo que te brinda,
aunque no haya motivo,
dale esa,
la mejor con sabor como a frambuesa
para que ella desde el frente
se pregunte,
que se trae ese gañán de vodevil,
que no sepa que es que necesitas
en este mundo flaco y maloliente,
encontrar una sonrisa
por milagro,
una gratuita y larga y sin motivo,
rasgo de humanidad algo perdido
para ir al rescate de esta tarde,
que ya va oliendo a mierda
y en instantes,
se puede convertir en bien sombrío,
si alguien cae
levantado por un coche,
o por robar un bolso
muere un niño,
o...

Quemo la lista,
destino viejo amigo,
sonrío,
cómo debe hacer de falta
que algo dentro me dice que lo haga,
y yo lo hago,
mirando a ver quién pasa,
pero es una batalla mal casada,
nadie se aparta del tema,
de este que bien se muere
y que se mata...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©



lunes, 26 de noviembre de 2012

PULIDA EN PIEDRA / Poesía de José Ignacio Restrepo



EL JARDÍN DE QUIMERAS


De cara al agua
todas las brumas nos parecen de cristal
y nuestros ancianos recuerdos,
ensoñaciones sometidas
a maquillajes perpetuos,
las vemos retoñar 
como si fueran paganos inocentes
solo ataviadas de su faz verídica...

Los ocultos rastros
de erupciones insignes
duermen
y la luz del astro rey nunca los toca,
estos detalles solo sirven
de testimonio callado,
justo cuando
entre uno y otro parpadeo
queremos avenirnos, ser sinceros,
ante el estigma fraudulento
de algún tortuoso pasado,
que observa mudo
cual si fuera un monje sin logia,
cuyo único quehacer es observarnos
y cuya cara no vemos
pues se tapa con la sombra legal 
de nuestra mano...
Allí iridisce el presente
que combina sus movimientos azarosos
y sumamente incendiarios,
y sucede tras la vista que lo busca
salvándole...

  De cara al agua
que corre sin parar mientes en nada,
todo se ordena
como si fuera una gran mesa de juego,
cada cosa en su lugar preciso
y los valores exactos
y todo eso,
que parece necesario de argüir,
ya lo sospechas,
es parte de la semántica que usamos,
irremediablemente rebasada
por esa menos perfecta,
que una etimología caprichosa siente, 
palabras en fila que buscando esperan
frente a las otras que sin fin se agolpan,
que les recuerdan su nombre,
su solvencia, 
rastros de su origen ido,
en eso acaban 
siempre las memorias 
definidas y ciertas,
tomadas de las manos unas de otras,
como si fueran huérfanas sublimes,
que no saben
que tuvieron padres
y algún día de gloria...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 25 de noviembre de 2012

CUAL SECRETO DE AMOR / Poesía de José Ignacio Restrepo



TEOREMA 
DE LA AUSENCIA


Invitación al vapor
a no dejarse ver,
el vapor casi invisible
como tu esencia vaga,
esa húmeda y febril,
a veces árida 
y otras sin saber boscosa,
que se enorgullece ávidamente
por no dejar escapar lo que la llena,
aunque inesperadamente
sea sobre ti
tan solo una ventisca prematura,
la ilusión de tejido,
aire de azufre,
como lleva la lluvia sobre si
ese brillo casual que hay en las cosas...

Igual mañana
el sol tendrá trabajo,
cumplirá sus quehaceres cotidianos
y la alzará del suelo,
evaporada,
entre las alas de una paloma
suele haber
la distancia precisa para dar
a cada movimiento su designio,
en esa danza en el aire enamorada,
como al agua calentada por el sol
que asciende sin temor,
como una amada
ante los ojos de quien llama su señor,
tu moverás el vientre cual templada
cuerda que en su tensión da lo mejor,
en sutil desenfreno,
ahínco arduo,
te encargarás de atarme
sin tu abrazo...

Esencia tuya,
vaporosa prenda,
que se esconde tres veces de su fiesta,
que lo visible sea aun entre ciegos,
y que mi sed de ver vea primero,
es el miedo funda de los besos
y arcaica majestad negar quererlos,
toda mi piel ansiosa te idolatra
aunque hablen los silencios
entre erratas...
Yo podría ser un pie
dejando sobre tus tierras oropeles,
o dejar todo quemado
tras fulminar con rayos tus quehaceres,
pero pueblo con sentido fundamento
cada recodo gris,
cada lamento,
de tus bellos y justos pensamientos,
en tu inmensa geografía
de enunciados
como un comendador sin encomienda,
como un color sin ojos,
o un mapa sin estrella guía,
ah vapor que humedece tus mejillas,
no ser aire,
o sol,
para posarme sin ley ni bendición
sabiendo que sos ella
y ella, vos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 23 de noviembre de 2012

DEL PASO DEL TIEMPO / Poesía de José Ignacio Restrepo




AÑORANZAS


Todo consiste realmente en alejarse,
para observar el mundo en perspectiva,
luego cerramos los ojos
y la mente,
olvidamos lentamente lo anterior,
como si fuera
una lejana estampa,
una de esas que vio la navidad
y al terminar el año
fue olvidada,
como si se regara
en la mesa
un tris de sal,
y debiéramos correr para alcanzar
el amor olvidado
que se va

Todo repara males consentidos,
estorbos asombrados,
viejos nidos,
los recuerdos se atrasan,
se adelantan,
buscando entre sus planos
crueles fotos,
y averiguar entonces quiénes somos,
dónde tenemos,
qué es lo que esperamos,
los primordiales vientos
con qué enfriar,
calores de mercurio diocesano,
en tanto suena música elevada
por instrumentos ocultos entre playas,
mares que no reviven lo que anuncian,
-cordilleras olvidadas y llanuras-
las nubes que no se mueven
nos avisan,
que toda esta algarabía es escenario
de los teatros propios del pasado,
y del minuto locuaz
habla el silencio,
cual caballero viejo que sonríe
con sus cejas pobladas de senderos
y la mirada vieja y sugerente,
que anuncia que si hay enero
hubo diciembre


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 20 de noviembre de 2012

EN MI ALMA, SEÑORA Y CONSONANTE... / Poesía de José Ignacio Restrepo

DEBES SABER...
( A Nury )


Un guiño te hago desde aquí,
el lugar donde se hace el mejor pan
y se cargan con fe las cantimploras,
a qué cantarte una corta oda
si tus ojos por miríadas infames
las cantan a los diurnos bosques,
y los ríos te buscan hace siglos,
porque solo se desean torrentosos,
cuando a tu piel se allegan
a sentir sobre ti
su suave timbre...

Un guiño amorosamente concebido,
un tenue flirteo de mis manos que a la espera,
de tu grácil y húmeda
-en cualquier orden-
inmensa diminuta compañía,
intenta causar, aguarda,
tanto escenario medio cerrado de mi vida,
y tú cauta, mirando
las raídas cortinas que los cubren,
 a veces, cuando abro todo,
para dar convencimiento al polvo
de que él también me pertenece...

Tu entera entreviendo
el gris de lo que tengo que te aguarda,
como ávida nuez que presintiera
que tengo ese pigmento que le falta,
los colores que desde siempre junto
para regar sobre tu talle hermoso,
y en tu mirada fiel a los misterios,
de cada fibra muscular u ósea,
que te hace la que eres, digna,
todo tiempo de lo mío abdicaría
ante la inmensidad del fuego frío,
pues vengo
con la prófuga idea de encontrarte,
que hoy se ha revejido ante tus ojos
y ante el brillo
de tus dos acuosos,
esta dulce cercanía,
este presentimiento atolondrado
de tu existencia de sueños,
en mis lares fecundos de silencio y miedo,
que hasta ahora se suma
a la invisible fogata
 de mi breve calor...

Dama Serenidad no me pronuncies,
sé tú mi sobresalto, mi misterio,
que yo seré el forastero 
de ningún lugar venido,
que ha de robarle a tu noche
el sueño nacido sin fatiga,
ese que nada logra
y solo será monumental
si llegan vejeces prematuras...

Desde esta casa de luces apagadas
donde todo es y no es al mismo tiempo,
dejo volar mis manos
para que atraigan tu aliento,
y mis ojos
-que miran hacia adentro el frío magno-
casi quieren tocarte,
si sé de abrazos a la luna,
mitigante aliada de mis perpetuas soledades,
debo saber por qué te reconozco,
aunque este que levita ante tu ser,
no bien lo intuye
y menos, mi señora
ha de saber...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 19 de noviembre de 2012

ARRIBA Y ABAJO / Poesía de José Ignacio Restrepo



JUGADORES


Algo de cierto ha de haber,
en las contradicciones diarias de los astros,
que no aparecen,
no pueden,
incompletan,
aquellas paradojales descripciones
del quehacer y no hacer
de los horóscopos,
algo también allí
pues de pegarle al palo
 de ese ciego,
a la torta que mueven
hornos anchos,
saltan luces, enigmas orbitales,
en las rutinas de tierra
de los niños...

Ávida tierra
servida desde el cielo azul pizarra
de posibilidades que nacen,
que se crecen
en insensatas odas conseguidas,
que andaran a un paso de las lógicas
antes de ser las hijas de Pegaso,
¿cómo no jugar todos tus juegos?
más veces sin la ficha justa,
otras sabiéndonos lanzando alados
con dados
ya cargados de antemano...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©


domingo, 18 de noviembre de 2012

LOS HALLAZGOS DEL PASADO / Poesía de José Ignacio Restrepo



Y VOLVÍ A VERLOS...


De repetidos ecos provenientes
y entre el silencio dormidos y agrupados,
imágenes que la mente del poeta
alberga por que hicieron su destino...
Los momentos vividos que son grises
se convirtieron en largas geografías,
mares, valles, desérticas historias,
que agolpadas sin orden hoy me piden,
con sus palabras y silencios nobles,
que en fila rememore su poesía
entrando por mis puertas y ventanas,
que ayer estaban cerradas con aldaba
y hoy se baten entre el viento bellas,
bajo mi sol completamente abiertas...

Dígase de la luz cuando ella falte
que está constituida de luciérnagas,
esbeltas y conserjes de mis puertas
que ayer por recluidas no brillaban,
pero también infiérase sin pena,
que dormidas y silentes entre dunas
mis mejores y devotas remembranzas
tomaban de mi piel recia distancia,
por mi deseo de ya no verlas nunca...
Los ecos que se escuchan a los gritos
dejaron ver su sangre ante mis ojos,
y descubro de pronto que me hablan
sus brillos unigénitos cantaron
esta tarde en majestuoso verso,
mostrando que no puede ser quejoso
aquello que vivido es elocuente
y que merece ser de cuando en cuando,
algo que mires al atrás volverte
como recuerdo vivido y delicado
que vive ya muy dentro de tu mente...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

sábado, 17 de noviembre de 2012

GEOGRAFÍAS... / Poesía de José Ignacio Restrepo



LAS MANOS


Vencidas,
yuxtapuestas,
enredadas,
las que hacen intenciones
cuando aclara,
y llevan actos en su menú secreto
que parece un sudado escapulario,
bajo ese hormigón de mis mil sueños,
entrabadas como pájaros de agüero,
parecen tan sinceras y tan mías,
pero es por su talante adolescente
y por estar
sin mi
allí dormidas...

Hago de sus madejas delantal,
con ellas puedo pedir e incluso dar,
breves sus gestos
maniqueos como noria,
yo hago con dedos la señal
de la victoria,
y adentro es el espíritu el que bandea
el estandarte inútil de la vida,
hoy me liberta, perdona, o me revive,
mañana ya extinguido me maldice
desde el centro focal de alguna toma
donde quedó movido
el cuarto rostro,
con el que dicto manuales,
poesía,
o le hago mohínes,
o destiemplo los ojos
cuando recibo al orto nuevo
que es huraño
por cerrado hacia el sur desde temprano,
aunque besos yo dé mi amor,
otra vez
 sin pudor y hasta extenuado,
los abiertos labios dicen no
y las manos niegan
lo ya dado...

Manos en diapasón festejan todo
lentamente dibujan
lo que haya,
son alas de casual envergadura,
que dependen del favor o de la duda,
para esgrimir espadas, medir talles,
cantar sin absoluta compañía,
hacer de fiel ladrón,
mentir sofismas,
a las mías las libero de la culpa,
mellizas y agoreras me confieren
salvaguardas de amor y otros placeres,
por llevar partituras en las uñas
y acaudaladas formas de recuerdos
en cada una de sus curvas,
bien ganadas...

Y les dejo la labor de resarcirme
cada que me atraviesan soledades
o las brindo como cajas de caudales,
con todo lo que saben,
lo que ignoran,
su favor no se extingue
ellas desfloran,
perlas llamadas puras o mujeres,
que dejan su velado territorio
siendo siempre señoras o doncellas
llevando sus placeres ya con ellas
así como llegaron
al rellano de piel que tienen ambas,
solo humano tejido
algo gastado
hecho de carne antigua y cicatrices,
 de sal, pardos eventos, ansiedades,
tres vendimias y queridas soledades...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

viernes, 16 de noviembre de 2012

POR MI BIEN TE LO DIGO... / Poesía de José Ignacio Restrepo



SIGNOS


Iconogramas brotan, 
los versos latitudes nos presentan, 
nos llevan entre viajes, vemos deltas, 
archipiélagos uniéndose, quebradas, 
inocentes calzadas cuya gente, 
llevan grabado el nombre del amor, 
llevan en cada verso, 
amándose siglos sin notarlo...
La voz en inusual geometría, 
del poeta tiende cuerdas que convierten 
letras en puentes, alas destacadas, 
ensenadas, misiones levadizas, 
guerras perdidas, ganadas, aplazadas 
para poder vivir almas sumisas....

Acontece la búsqueda en nosotros, 
pernoctamos en el suspenso puro, 
cada martirizada introversión 
la cosemos con letras al calzón, 
y nos vamos con la voz del que las diga, 
a buscar extrañados logaritmos, 
incisiones haciendo a cada paso 
en la magia extranjera del destino...

Acaso en la mirada mía, 
de serena virtud iconoclasta, 
con parpadeos leves, ordenados, 
ciertamente hace tiempo enamorados
del yugo inexplicable hacia una sombra
mora debida mi vida a la palabra....
Doce abrazos seguidos a tu fuente, 
alaridos, lamentos que no viste, 
abrazos que tampoco tu sentiste,
pues que lees sin ver hacia tu adentro 
muchas veces sin duda adoleciendo
del forraje juicioso para hacerlo,
 pero fueron encuentros despiadados
 partieron de mi mente hasta mis ojos, 
se pusieron de hinojos ante ti, 
palabra declarada servidora
son tus letras de oro carmesí....

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 14 de noviembre de 2012

OTRA VEZ, EL HACER.... / Poesía de José Ignacio Restrepo




GENTILICIO


Mientras nace 
con pequeños signos
desde el mismo centro 
de mi vientre enjuto, 
en mi respiración, 
dulce tributo, 
cada palabra innacida, 
recipiente, 
conduciéndote a la gloria de su muerte,
en los ojos profundos del espíritu
donde pacta tareas,
rompe diques,
elabora fruncidos por peniques,
y desanda las millas ya gastadas
por pisadas de miel
o adoloridas,
que llevaron al dueño de esta vida
a cuadras por decir afortunadas,
o de tristeza hechas
sin forraje,
sin hondo abrevadero donde hacer
a las sedes extrañas fenecer...

Pacto con ellas 
guerras para otros,
las dejo del seco almizcle
favoritas,
con el sol sobre ellas y malditas,
para ser reparadas o sumidas
en llantos anegados sin consenso,
las hago de prendarias fundamento
para darlas a cambio
de aire puro,
o las mando de rodillas a extramuros
para que rueguen pardas por su vida,
una noche sangrienta, bien heridas,
entablando la duda las pregunto
de carne embalsamada luego unto,
mis fatídicas propias ya regadas
por la casa en que vivo mis asuntos,
no tendrán más promesa
que la antigua,
de por mi merecer muertes o vidas,
que los ojos y el alma del que lea
les confiera apenas con leerlas,
y ante todo les quito
para siempre,
la total dependencia de autoría,
libertarias son ellas,
yo soy guía...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 12 de noviembre de 2012

TAL PARECE QUE SI.../ Poesía de José Ignacio Restrepo

LO UNO O LO OTRO


Estación enrejada,
quietud rancia,
que me traes del viento su dolor,
no tienes más que el nombre y el dilema
pero el clima escondido en tu apostema
deja el cuerpo fundido en el calor
es tu rubor la fiebre que te habita,
el de dentro de tu casa
no el del cuerpo

Elegías pasadas
pero vivas,
se desprenden de elogios y venturas,
elevas desde el sur adagios bellos
para venderlos por gráciles lamentos
cuando llega el pasado nada tienes,
acaso solo inválidos conventos,
y el porvenir llorando te sorprende,
entretejiendo dudas
en salterios

Organzas te dedico
si ahora canto,
pero destierros creo ver atando,
los pensamientos buenos por los malos
se tiran de cabeza rumbo al suelo,
por no saberse de antemano ya elevados,
rara vez la sapiencia ha abdicado
el trono y la corona
en plebes bardos...

Pero menos la razón 
y el buen carácter
sorprendidas perdieron su coraje
en mitad de la gloria
y su disputa,
por impaciencias
vestidas con mal traje

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 9 de noviembre de 2012

SOLO DIVISO.../ Poesía de José Ignacio Restrepo



TRES PALABRAS


De esas tres os quisiera platicar,
las reptantes, las cálidas y las otras,
las hirientes sin razón
por ser tan obvias,
que cual armas de defensa para hacer
lo que antes hacían puentes levadizos
o murallas altas, infranqueables,
con la citada intención de disolver
como azúcar a otros entre el agua,
usamos como amos esclavistas,
o ahorradores del amor, 
latifundistas...
Casi siempre
empezamos cabalgando
con esas subalternas de lo dado,
como culebras bajo sábanas
que hieren,
lanzamos desafiantes las palabras 
en ataque petitorio y por sorpresa,
los términos cercanos al oprobio,
como iniciales muestras
de que hay
el poder para amar o para odiar,
y que tenemos prestas al alcance
las más hirientes y pulidas,
sin coraje,
yo te doy, tu me das,
apalanquemos,
las palabras en vertidos malabares
y no nos ignoremos en silencios
que como barcos cansados luego encallen
sus cascos reforzados, indomables,
tirados por el viento y telas blancas,
en playas enmudecidas y sufrientes,
donde se queden solas nuestras bocas
sin el otro
que era todo lo presente...

Nos dicen desde allá
nuestros gemelos
con señas que pretenden que entendamos,
¿ves? ...no dijeron lo que era,
dejaron el asombro por entero
en la mente y el pecho del amado,
pudiendo esclarecer
nunca lo hicieron,
y ese lerdo momento se pasó
asombrados tiraron el fajín
buscando regalar piel o metralla,
consonantes y vocales bien abiertas,
como puertas que explicaran o cedieran,
con reptantes, con cálidas o hirientes,
para luego en un instante regalar
inducida y sin aliento
a la invitada,
la palabra del amor,
la golosina de sal...

Cual conserje 
de esmoquin y librea,
qye no tiene edificio que cuidar,
arden esas que dejaron de decir
en la urgencia por ganar
un arrebato,
lo que estaba 
en el borde de sus bocas,
necesario de hablarse de algún modo
aunque hiriera primero o diera ira,
todo puede enmendarse,
luego haces ese tibio malabar
por el amor lustrado,
en antifaz,
que pasara de una mano hasta la otra,
la siguiente, corazón,
está en las bocas...
recordando que el tramo que caminan
es lecho de amor,
casa de dos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 7 de noviembre de 2012

...A ESAS HORAS... / Poesía de José Ignacio Restrepo

NEARDENTAL


En la quietud de la hora sin rubor,
los que duermen batallan en el día
y sus cuitas ya derramaron en la mesa
cuando hablaron con las bocas llenas,
dijérase recuperando el tiempo
que perdieron en la ida al baño,
cuando entraron sin que viera el jefe,
atroz hombre con nombre de seis letras,
que nadie ha aprendido en la oficina,
y ni siquiera en la casa donde es paje
 y a veces alcahuete de su reina...

A esta hora se oyen los disparos
que alternan con -cójanlo, ladrón-,
entrambos justiciera la sirena,
que nunca justifica pero alcanza  
la sacada del taller, la gasolina,
el verso que Les Luttiers le hizo una vez,
pensando en que los líos son de todos,
no tengo en el momento algún criterio
que diferencie el mal en hora pico
de éste que mordaz mira mi insomnio,
pero sé que si salgo habrá demonios
con cara de chiquitos en la escuela,
se me aparecerán larvas de ira
coleteando como luces ignoradas,
esta hora se tiñe de asonadas
de ribetes arcanos prematuros
se vienen de los antros ortodoxos
el vicio que nació en los bajos fondos...

Y sucedió el decir que yo pensaba,
el ruido entreverado de la calle
que llega sentenciando otras noticias,
me venció pues no pude auscultarlo,
la teve me negó cualquier belleza
no es igual cualquier ser que parecer,
y la voz de mi dama entre dormida,
a regaño sonó, qué puedo hacer,
-...vente ya que la cama está tan fría
y congela tu ausencia entre mis pies...-
y fue solo meterme entre su abrazo
para por magia centésima olvidar
lo que decía sincera pero llana
mi preocupación occidental
con su lenta y umbría remitencia
sobre el actual
hermano neardental...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

martes, 6 de noviembre de 2012

CUANDO LLEGAS, ESTÁ AHÍ, BAJO TUS PIES... / Poesía de José Ignacio Restrepo

LA CARTA


Puesta sobre la alfombra
en la luz bajo la puerta,
se quedó solitaria allí a la espera,
como una femme fatale abandonada,
como flor olvidada en la guantera,
después de ser a dos manos arrancada...
Rectángulo brillante que musita
"estoy llena de sangre, miel y olvido"
si no quieres saber mejor no abras
con ese cortaplumas de madera,
las doscientas treinta y seis bellas palabras
que han sufrido mientras tu llegabas,
por estar allí guardadas, sometidas,
del color del dolor cuando se guarda,
del tono de ese tren que lento avanza
alcanzando sin paz postrimerías,
color como de vidrio en piel clavada,
color dulce misterio malherido,
color cuando la risa ya se ha ido,
y no hallamos parientes compungidos
acaso algún doliente que sin nombre
nos brinde desde lejos su mirar,
un sufriente igual a los demás
sin raza, ni país, ni amor, ni nada,
con pasaporte falso, visa muerta,
un potencial avaro de la ciencia
de descubrir pociones para olvidos,
para poder arder cuando se tome
y ya no resentir el interior
ni esperanza en sopor, ni carga o ira,
tampoco maldecir diciendo nombres
de alguna secta feliz o cofradía,
no sentir al tomarla
esa sed de venganza,
si fracasa mi amor,
si fracasa, mi amor, 
quema las cartas,
empezando por ésta,
que ahora mismo te alumbra los ojos,
sin prender la bombilla
en la pared...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 4 de noviembre de 2012

RESPIRA, DE ESO TRATA LA VIDA / Poesía de José Ignacio Restrepo

EL ARQUETIPO DIFUNTO


De mi voraz candor no digo nada
porque se iguala a esta idiosincrasia
completa se parece a una escafandra
que protege mi tez de porquerías,
pero no más que a vos amiga mía,
cantadora de sones de sinsontes
en lenguaje de ralos estorninos
que olvidaron el monte mi querida,
como pasó conmigo ya hace tiempo
cuando el viento te trajo a mi querella
fundida de una queja con tu aliento...

De mi cartilla que dice lo que hago
no te animo a la primera hoja,
está en blanco y aun por ser escrita,
la pereza y el día han impedido
que dedique las ocho horas diarias
que por un sueldo bajo e invariable
prometí a algún mago que pasaba,
la labor de hacerlo en horas libres
pero luego acicateado por el ego
le dije que lo haría y he fallado...

Y ahora no lo encuentro donde estaba,
quisiera devolverle el tonto encargo,
la misión de vivir no deja tiempo
para estar escribiendo sobre ella,
ni siquiera por sueldos que subieran
al ritmo de la vida o de la muerte ,
el cuaderno en blanco se ha quedado
y los sueldos cobrados no los gasto
pues opino que es indecoroso...

Y dijiste,
mi amor, yo soy el mago,
te libero de lo impuesto por inútil,
y el sueldo ve a gastarlo,
por decir tal verdad
te lo has ganado...

¿Te hablaba del candor y la escafandra?
A él lo desmentí
y a ella la he dejado
ya olvidada...



JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 2 de noviembre de 2012

SABER DE NOSTALGIAS / Poesía de José Ignacio Restrepo

TRISTE OLEAJE


Despejado el rumor que te describe, 
como faro de voces no de luces, 
esencia de almizcles renovados 
por el fervor regado entre la noche, 
en los pies, en los ojos, en las manos
en el fragor de mar como derroche...

Despiértate, eres convocado, 
en la piel tienes mil recuerdos 
que ante ella te atan, tu evangelio...
no la prives de verla enamorada, 
despierta que te mira, con el alma...
El mar se rebosó de novedades 
y desbordó sus playas de cruel oro, 
lo que era verano fue tristeza 
y ese suave vaivén de ira y certeza, 
le privó de su nombre, mi tesoro...
el mar que fue el orgullo de otro mapa, 
se ha ido diluyendo en su oleaje, 
hasta tornar en lago de inquietudes, 
en manantiales secos respirando, 
con aguaceros pardos de alimento, 
porque no vienes tu a beberlo...
cuando era la sal el fundamento 
y salarnos tan bueno como sernos...

El mar que te llamó descansa pleno,
en sus ires y venires prolongados
el alma ha volado de tu cuerpo
y asciende y desciende en cada ola,
en cada minuto que relata
ese juego inmerso de sabernos,
te pide en oración corta y angosta,
no te marches afuera solo hay tedio
y a mi lado no te olvides
alma y cuerpo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 1 de noviembre de 2012

EL DOLOR DE RECORDAR... / Poesía de José Ignacio Restrepo

IRREMEDIABLE


Largas son las visitas y los duelos
al pasado conventual de lo perdido,
en medio de furtivos pensamientos
lo que no fue se llega sin permiso,
y tomamos de la fe el escapulario
sudado por nuestras manos y los ojos
rezando como se hace en los osarios,
que todo vuelva a ser como era antes...

Largas las caminadas explicando
que nos pasó, porqué nos duele tanto,
 del fiel silencio brotan enfermeras,
doctores de sapiencia lenta y noble,
que al que llevamos dentro le presentan,
la hipótesis triunfante que esclarece
aquello que para si de nada vale,
pero al que dentro mora sin repulsa
le ensancha la otra mente, la que siente,
para poder cargar la que no piensa...

Entras y sales hoy de los recuerdos,
los malditos, los álgidos, los neutros,
sin pies y de cabeza los recorres,
entrando por jardines ya sin flores
y yendo por monásticos pasajes,
embadurnando todo de tristeza...

Enmiéndate sin más te grita todo,
mas no sabes callar tal bautizo,
evocas cada paso con rencores
que no tienen que darte explicaciones,
pues recorren tus largos pasadizos
seguidos de tu afán de redimirte...

Acaso es que el tiempo ya se marcha,
tomando su maleta bien cerrada,
y el sobretodo negro petulante
 calándose el sombrero de ancha ala,
no temes y despides cortamente
al respingado y mustio visitante,
 que alzándote la ceja y sin respeto
le grita a tu silencio un hasta pronto
y atraviesa cual sombra la pared
de la forma soberbia como vino,
dejándote más triste que hace un rato
cuando llegó llamándose tu amigo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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