martes, 31 de julio de 2012

SI EN LA MERIENDA... / Poesía de José Ignacio Restrepo

ELOCUENTE 3



Hoy quiero escribir lo que he dejado,
del poético hacer ayer tirado,
sobre la desnudez rugosa de la piedra
de la aceituna más grande,
más hermosa,
que en el plato a un lado me esperaba,
con su verde cubierta de arpillera
y recuerdos de un cristo renacido,
de pasadas y locas primaveras,
una fruta dispuesta y deliciosa
que dejé para última por buena,
sin saber que el sabor que poseía
era el domo que ansiaba mi cornisa
galardón para todos mis estragos,
y el gusto de profeta bienvenido
para boca de laico sibarita...

Quiero escribir en celta, en japonés,
en kurdo, en griego viejo, en español, 
quiero en ruso deletrear sincero
los mensajes casuales o extranjeros
que anidaban desde siempre entre mi mano,
y han nutrido los versos y los cantos,
sin titular jamás verdad alguna,
solo llamando a leja floritura,
para que venga acá y cruel testifique
que su cárcel de sal era espejismo,
y de aire levantado
la llave que guardaba
su presidio...

Quiero hoy alentar a la osadía
que tenía guardada en la gaveta ,
para que haga del vértigo estafeta
y se tomé este faro,
que carece de mar,
donde nunca se ha visto una goleta,
o marinos liándose a las manos,
peleando por nada,
quiero que se desgonce desde arriba,
aquella consonante enamorada
que algún día gritó desde mi verso,
- vendrás a mi aunque sea con mentiras.
así deba mandarte mis jaurías,
y te tome sin vida de la arena,
del suicida universo de mis letras -
donde en paredes de grises y de sepias
con alfileres ya descabezados,
agujereadas esbeltas mariposas
recitan mis cien versos
de memoria....

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 30 de julio de 2012

AMARGOR Y SAL... / Poesía de José Ignacio Restrepo

EN SOLEDAD


A qué hablar hacia afuera comandante,
músculo que me gritas en la noche,
cuando apenas soledad tiene el instante,
y no llega un corazón de contraparte,
que haga de requerido comodoro,
faro de alta pared basalto puro,
roca para ascender con sola mano,
sin yugo protector ni red abajo,
como en rito mortal que nos asombre,
pues quienes allí llegan convocados
solo tienen la piel,
y el fogoso corazón
por escenario...

A qué bruñir los cientos de recuerdos
que llegan presurosos a reinar,
solo son retadores y elocuentes
visitantes de tiempos ya enterrados,
cuanto nombran no es nada sin tu voz,
si tu imagen no reina en este cuarto
es mi llanto el que mira hacia adelante,
y todo lo que fui ya nada importa,
no tiene más virtud ese pasado
que aquella de traerme hasta esta hora,
aunque sea tu impronta honda y triste,
y este afán perjuro lapidario...

A qué burlar el llanto con sonrisas
de maquillado gesto sonrojado,
que este día es ya largo entristecido,
pues soledades llaman y yo vengo,
no encuentro yo tu huella y me lamento,
porque tengo tus marcas en mis cosas,
los jardines sembrados se secaron
y aunque ahora los riego con mi llanto,
los retoños no veo,
y me lleno de fáciles quebrantos,
sin hallar el sosiego...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 27 de julio de 2012

FALTABA POR DECIR... / Poesía de José Ignacio Restrepo

LO QUE NO SIRVE


A la tullida sombra que me sigue,
a mi fatuo futuro de pianista,
al farol de la calle que me alumbra
sin que yo necesite o se lo pida,
al constelado entuerto de los siglos
que eligió dios y diablo para darme,
a la rata que hace de mis libros
su comida letrada...

A la música chueca y derivada
de proverbios sutiles e insensatos,
al pereque de tórtolas  y ardillas
por quedarse con cientos de bellotas,
para nutrir escaso territorio
del adentro de un árbol
y el lado bien cagado
de un arroyo...

A la tibia del rojo Segismundo
que en bazares de logias recobré,
en harinas de calcio ahora finge
que tiene osteoporosis intangible,
y se acuesta de noche musitando
sus himnos pasionarios,
sin un fin o un principio
que los guíe...

A la diadema cruel que me distingue
por tener mis emblemas coronarios,
mesurando mi pluma inmarcesible
de donde brotan micos, soles, saurios,
acaso he matado querubines
para que no me vuelen por los aires,
que en mi estudio soy el rey de letras,
y reniego de sombras,
benditas o siniestras...

Les pongo corbatín a mis entierros,
los cadáveres visto por supuesto
para que viajen bien cómodamente,
hacia la meta propia o elegida, 
sin casi fe me suplo para darme
y cosecho de todo el mismo instante,
por lo cual nada exijo, solamente,
que no me digan qué debo mirar,
ni tampoco aquello que me toca,
yo tomo lo que el hambre
me provoca,
y alcanzo a la razón,
aunque de lejos ella
me maldiga...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 24 de julio de 2012

ILUSIONES / Poesía de José Ignacio Restrepo


TRAMA


Y como suena
el arribo irreal de la mañana,
así mis ojos producen un sonido,
cuando de golpe ante tu voz se abren,
declinando el reinado de lo oscuro,
y bienviniendo en mis iris,
el comienzo iluminado de otro día,
del que todo se ignora,
si será la potestad o el abandono,
quien habrá de reinar,
y si tendrá lugar un deterioro,
o llegará la construcción que imploro
en esa última hora del ayer,
barca que ya se aleja,
cuya quilla realmente no se ve,
y se supone viva,
se supone

Detento de tus ojos esa luz
que me recubre el cuerpo en este triunfo,
ser de ti y no ser un vil difunto,
es la presea buscada y encontrada,
por muchos que antes fueron
dando tumbos...
Que me habite tu voz en la mañana,
antes de que te vayas a tus cosas,
y yo sabré regar muy bien tus rosas,
para hallar en la noche,
el fraternal aroma de lo propio,
antes de que te enfrentes al destino,
te regalo de mi alma su escondrijo,
boga un poco,
serénate en el agua,
ventéate desnuda entre mis playas,
y vuelve cuando acabes,
yo te espero,
jardinero de tu piel fui el elegido,
para tejer con tacto sutil trama
sin que se agoten las ganas,
ni en el sendero tuyo
ni en el mío


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 22 de julio de 2012

YO, PECADOR... / Poesía de José Ignacio Restrepo

UTOPÍA


Un río bronco en mi desierto eres,
la majestad del viento libertario
que posesión fuera de si no tiene
y se anda por penumbras cavernosas,
por sinuosas pendientes sin un mapa,
ofrecida, porfiada, recelosa
como anclada a la herrumbre de mis fosas,
positiva a la fuerza,
enamorada...
Fe que viva se sabe entre el osario
que despide de si
aroma de sándalos,
dejar o llevarme lo que alumbra
de este poblado mapa de recuerdos,
cuyo común aspecto es lo perdido,
lo llanamente fatuo,
ennegrecido,
y el sentimiento inocuo que me guía
ha nacido de amistoso sortilegio,
que abate el camaleónico misterio,
que nos mueve a los unos
por los otros,
como soga apegada al aparejo
que la gasta y la acaba
inútilmente...
Yo hago de mis olores obsesiones,
de mis cinco sentidos
tus bastiones,
pues no queda remedio ni clausura
para alertar aquello que me queda,
soy el vigor
cruzando la frontera,
el calendario en meses abatido,
me resguardo del terror
de ser olvido
y en el claro del ayer depositado
estoy sentado como fraile no creyente...

Aguardo una alevosa traslación,
y mientras todo,
todo, 
se envanece,
todo el aire se hace irrespirable,
mis sueños
en altura inexplicable
sogas mudas se anudan a mis manos
tratando de salvarme al ahorcarme,
luego echan a volar como palomas,
buscando sus senderos en el aire
y mis ojos se quedan,
como avaros,
atesorando todo,
antes de ser benignos
y cerrarse...



JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 20 de julio de 2012

DE AQUELLAS CARTAS... / Poesía de José Ignacio Restrepo

LA VOZ DE EVA LUNA



Recontado valor del catecismo,
que no ofrece derivada salvaguarda,
como el ardido valor de tu visita,
recuerdo de la casa de tus besos,
de tu profundo amor, de tus caricias...
Lascivas remembranzas, apuradas,
del tedio suplicante de los días,
lo trae como un viento que no sopla,
como el vuelo de un ave esperanzada,
que sabe que su busca acabará,
cuando al final del día en otro suelo,
el alimento halle y su morada...

Y el yugo mensajero que convoca
mediante ardides y pálidos reflejos,
ese calor esmerado de tus besos
y ese halo estilizado que albergabas,
ya no es tan enigmático ni sacro,
como el truco del mago con serpientes...
Por tu sutil ausencia intransigente,
debo sueños de días y de horas,
van muriendo las cosas que tuvimos,
desecadas recetas que escribiste
en un idioma solo conocido,
por tus sueños ebrios de poeta
y tus augustos hilanderos
de destinos....


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 18 de julio de 2012

NOTA DE CIERRE / Poesía de José Ignacio Restrepo


TRAUMA



El golpe en la ventana
me despierta,
y dejo atrás el delirio de la noche,
asomado con mi karma virulento
y con mi cuerpo sangrado pero entero,
lleno aun de cerrados hematomas,
que te recuerdan
paciencia que estás vivo,
una doctrina antigua y erudita
que repite lo que tu pecho
le masculla,
que todo lo que sos,
ayer lo eras,
y antes de ser un crío
fuiste un feto,
porque este corazón
que late adentro,
tenía fe, control y fundamento
en la mente inquieta de tu madre,
hecha siempre
de puros sentimientos...

¿Qué pasa por la piel
cuando rechina,
cuando brota el pavor como un mal viento,
como aire retenido en la letrina,
o aroma de algún cuerpo moribundo,
y escondes tras la fétida presencia
las hechas ilusiones y los triunfos?
¿Qué esfuerzo rehacer en plenilunio,
las estrellas más hondas y lejanas,
cuando asoman serenas
ya tus canas,
y el vigor es fantasma
si lo llamas?
Cortada está mi frente,
sangra un poco,
es verdad que la suerte se levanta
acaso un poco tarde
el día lunes
y el reflejo de un crecido Cuasimodo,
se guarece de mi yendo hacia adentro,
elemental quedarse sin aliento
cuando corremos solos contra el tiempo,
el alma compungida,
pocas armas,
la moral allá afuera de mortaja
secando sus mentiras a los vientos,
y una imagen quemándote los ojos:
el llano en conmoción,
la guerra abyecta,
los niños trasplantados a la guerra
del azar y la bondad huérfanos ciegos,
sus cuerpos abatidos y en pedazos
con los huevos de cuervos empollando,
en los miles de sangrados orificios,
a la buena de Dios
y del olvido...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 16 de julio de 2012

FLAMA EN LA PIEL, VOS... / Poesía de José Ignacio Restrepo


QUEROSENO


La piel estremecida es mensajera
de doctrina aquejante y placentera,
si un nombre con placer suave musita
el nuestro como llave advenediza,
entonces es verdad
todas las puertas
que puedan ser de pan
serán abiertas,
y olvido ante la calma diocesana
podrás por fin ungir,
pues tus deseos
serán la caridad para tus dedos,
y un arpa tus desvelos tocarán
por el fin del silencio entre tu celo,
y el arribo del pan entre el almizcle,
para dar a tu hambre
su alimento...

Enciéndeme que voy lleno de ti,
azarosa e ingobernablemente,
dame aquello que no le das a nadie,
ponle los veinte nombres
por delante,
yo haré de mi centro tu adjetivo
y a tu dorso fijaré con pegamento,
lo que sea eterno
sea gasto,
y lo que no rompámoslo
es dinero,
permítame tu ser sumar de lado,
sin más vanagloria
que este ritmo,
de lazos de placer indescriptible
hago yo para ti simples regalos,
de tibia y sazonada procedencia,
herencias recibidas sin aliento
de seres anteriores
que también me sirvieron 
de alimento...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 14 de julio de 2012

CASI NO SE, PERO... / Poesía de José Ignacio Restrepo

DAMERO


Detener el rumbo de la noria,
como trabajo central de la rutina,
hace el bien
quien el tiempo desmorona,
cuando compra a plazos sus manías...
Eje transgredido y desecado,
la huerta de las lágrimas nacientes
es ese rostro de grietas incipientes,
mueca del tiempo
que se harta renacido
y juzga lo prudente por lo inocuo,
dando vida a tu rostro
con su muerte...
Galgo mi paje,
rey mi aderezado acto,
yo soy madero...
diseñando en negro y blanco,
mi rostro a cuadros...

Despejado zaguán de mis calores
que incendian pensamientos en invierno,
dos y dos aun son cuatro si despierto,
en las horas perdidas de lo nuestro
y tomo para mi todo pecado,
que robusta mi alforja lleve dentro,
pues no solo comulgo con lo sacro,
también en alimento lo convierto
para darlo a quien pide algo de pan,
si yo se que lo sos porque dudar,
y luego cuando el viento me levante
para hacer de lo mio mariposas,
te tendré prometidos y a tu alcance
los mejores rencores digeridos,
que son ron de tu alcoba como sabes,
las victorias que fueron mis derrotas,
los perdones por yo ofender primero
y mis cruentos amores
tinajillas perfectas
de alfarero...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 12 de julio de 2012

ENSAYO PARA UN CADALSO... / Poesía de José Ignacio Restrepo

DÓCIL


Es tiempo de besar la soga,
que has mirado por años sin mirar,
tejida con las nueces y ese pan,
que esperaban por ti
cada día de queja elaborado,
en la mesa que se apega
a tu cansancio...
La soga es la querida
y este día,
que comulgamos todo
con la pericia inquieta del novato
su ayuda es lo mejor y más barato,
para llevarnos luego de regreso,
maternal, obsecuente, silenciosa,
al cuello se hará fin como gemela
en principio es solo una señora
que me puso fatal conversación
y la deje callada sin decirle
que mi alma de su voz jamás prescinde,
atadura sutil que no envanece,
por quedarse con todo
lo que tengo,
y aquello que por nunca tener fe
se quedó entre el tintero del quién sabe,
es hora de feroz multiplicarnos
y decir que me voy sin más detalles
lo trivial y lo magno de mi historia
os lo dejó amparado en la memoria,
y la voz que se ahoga apasionada,
me la tomo en un vodka,
gracejo sibilante,
mutación desconocida
de herbolario,
ese réquiem merece
una cuerda como esta
y este instante...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 10 de julio de 2012

BIENVENIDO AL FUTURO... / Poesía de José Ignacio Restrepo

ESTA MISIÓN DE AMAR



Mientras pasan los niños al colegio
y los otros que no van se ríen,
brincando sobre charcos que hace horas
dejó allí justo para eso
una lluvia sorda y rutinaria,
yo reveló mi corto itinerario
ante el sol
que tímido se asoma…

Las ruedas mojadas de la bici
no hacen par con mi pelo ya incipiente,
abro el mapa de la ruta y de las compras,
en una ciudad distinta y semejante,
con los ojos abiertos y sinceros,
el alma vibrante y atrapada,
la piel sendero de recuerdos
con sudores tan íntegros
que mi sino respira perplejo,
pues me ve como a un niño…

Y ésos que transitan frente a mí,
con destinos opuestos se diría,
entre ellos parecen platicar
sin distancia ninguna,
unos y otros ensayan mi forja,
espléndida y brillante de los días,
y esperan para ver si lo nuestro,
este afán por componer las cosas,
es un pálido triunfo o es derrota…
Desteñida humildad,
pobre y genial protagonista,
que entre orgullos falaces
e idiomas de fábricas distintas,
no puedes conversar duro al oído
a este hombre moderno y malherido,
sobre su inútil y falaz sapiencia,
que solo destruir consigue
en medio de esfuerzos y perezas,
en colores de proezas múltiples,
fútiles y amargas sin destreza…
Perduran por instantes al unísono
de insanos y ateridos ajetreos,
en cada día que mis ojos se abren
crío cortas esperanzas de futuro
y luego los llevo a recorrer
como si fueran leviatanes o conserjes,
y miro la delicada utilería
cayendo a los pies extravagantes,
de aquellos con olor a edulcorante
que no saben vivir
pero lo ignoran…

Ah, los niños,
un flautista emergido de Hamelín,
los quisiera consigo,
a esta hora casual de encrucijadas
tocaría una gentil tonada,
que sin esfuerzo sería convincente,
para llevárselos seguros
a su casa…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 8 de julio de 2012

AMOR PROPÓSITO… / Poesía de José Ignacio Restrepo


TANTA MIEL


Del cartón interior de sus zapatos
brota el agua que los mojó hace horas,
y alentado camina pese a todo,
la brusquedad del camino, los recuerdos,
el azar propietario nada amigo
y todos los futuros presupuestos…
Tiene ahora futuros prometidos,
dos críos que lo esperan en la casa,
y de aquella mujer que fue su madre
ninguno de los tres
ya sabe nada…

La colina Montiel ya fue testigo
de la marcha de todos sus amigos,
los más que ayer partieron a la guerra
y que muertos en cajas regresaron,
descienden uno a uno en sus recuerdos
como hojas que paren los otoños,
cinceladas de más por el cruel viento
que las deja arrumadas
en rastrojos…

El ayer que recuerda es tan lejano
que lo abaten las dudas de su vida,
hace ya tanto tiempo tuvo prisa
y ahora se contenta con llegar,
los brazos de sus hijos que lo esperan
para que haga cuentos con un mundo,
donde nadie se pierde ni ausenta,
donde siempre serás parte de todo,
como cuando les habla del Allá
si pasan por la reja cuando llueve
el lugar donde al fin muertos reposan
aquellos que por fin son ausentes,
que llamamos por fuerza cementerio;
allí oramos cansados padre nuestros
mientras vemos sin ver arder la vida,
ese bosque es quizás en primavera
el lugar más perfecto conocido,
que en los cuentos seduce por tener
cualidades que siempre en el ayer
nos dijeron tenían las moradas,
lugares que habitar con los amados
sin que el tiempo nos sea impedimento,
solo un bien trascendente y necesario
que todos olvidamos por momentos…

La colina Montiel es escarpada,
los zapatos mojados y algo rotos,
no impedirán que este devoto padre
llegue con las viandas a su casa,
donde sus críos abren la ventana,
para verlo llegar fiel y cansado,
y antes de que la llave abra la puerta,
tirarse enamorados
en sus brazos…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 1 de julio de 2012

POR OTRO PORVENIR… / Poesía de José Ignacio Restrepo

 
GANADA  PERDICIÓN

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En facturas cedidas mal pagadas
con millones de ceros a la izquierda,
cobra el mar sus basuras sobrehumanas
que llegan al interior desde la playa,
montadas sobre olas y corrientes
que llegarán hasta el más septentrional
o hasta el opuesto sur binacional,
son las aves testigos de excepción
que se comen todo aquello que parezca
nutritivo por la forma o el color,
aunque sea realmente fuerte plástico
revistiendo cadavérica basura,
que salió de nuestra mano y no volvió,
pues no tiene control el ser humano
que ha dejado en manos de las cosas,
el sentido de ser de este universo…
De secretas conclusiones yo carezco,
ante este problema sin control,
nada se de rezar a algún señor
mientras junto coquetas mis dos manos,
es mejor que soñemos con futuros
que nos sea posible construir
y entre tanto menos destruir
aquello que nos fue dado a cuidar,
el cielo es el espejo de la mar
debemos dar otro uso a las basuras,
enseñar a nuestros hijos a usar bien
los recursos para no tirar lo útil,
y no más consentir en consumir
aquello que no necesitamos,
entonces si seréis seres humanos
contentos de poder mimar el mar
y decir cuando los ojos elevéis
que el cielo si se puede merecer…
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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