sábado, 24 de marzo de 2012

A QUÉ SABE EL ALMA... / Poesía de José Ignacio Restrepo

ELEMENTALES

Waterdrops and bokeh

De tu savia exquisita y carnosa,
que húmeda y grácil baja por las cosas,
en esmirriada luz que decorosa
se prende firmemente sin llamar,
está la vida incógnita ejemplar,
que se divide y a todos preocupa,
oiga usted mi señor
revuelva un poco,
y usted, gris señorita coja todo
lo que quepa entre sus manos blanquecinas,
llévele algo a su madre con sonrisas,
en la piel deje que rueden las goteras
de esta lluvia sincera de medio año,
y reparta sus sonrisas 
sin el hedor egoísta de los sabios.

Organzas bien tejidas
 y lavadas
que llamamos nubes y son aire,
las confusas corrientes nos levantan,
nos mueven de lugar, nos tiran,
y en vez de jugar a que caemos,
y luego levantar las intenciones,
nos dejamos la tristeza de cruel traje,
la vestimos para siempre
cruento ultraje,
y maldecimos como cien bastardos
esos juegos prosélitos del aire
que dejaron nuestros huesos 
en el fango.

¿Verdad que la quimera
es un dilema, un peligro mortal,
un anatema?
Mira los niños que disfrutan todo,
se caen, vitorean, se levantan,
se persiguen como buenos,
después de perseguirse como malos,
se perdonan de todas las ofensas,
y luego parafrasean en murmullos
esas lides del cosmos
contra el suelo,
sonriendo porque tienen noble
el corazón y el impávido pescuezo.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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2 comentarios:

  1. La ingenuidad del niño es como la felicidad del ignorante, precisas en un momento clave pero fugaces e irrecuperables; tal vez fue aquella manzana que mordió la primera hembra, no fue su culpa, ignoraba que era una poeta.. creo que allí nació la primera dialéctica del alma con su dueño, también el primer poema vestido de tristeza... y la primera quimera...

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    1. Si como niños viéramos el mundo, nacer de nuevo, todos los días en ávido y fecundo re-preguntarse todo, o todo no...Solo aquello que grácil interroga, nuestra razón de ser, esa pregunta olvidada cual dilema, que dejó de escocer sabiendo a pena...En este espejo, querida, las voces de la infancia se resuelven, tan nuevamente como albas frescas, y la quimera joven permanece, pues siempre es bienvenida como si fuera una bella quinceañera, preguntando dónde realmente está la Vida...Abrazos a tu alma, Carmen...

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