lunes, 31 de octubre de 2011

RAZÓN DEL PARPADEO / Poesía de José Ignacio Restrepo

OJOS QUE SANGRAN...


Perla de elocuente dimensión,
arte que nos fluye mientras quede vida...
relación que se nutre de lo que le diga el aire,
y que solo en su sacratísima presencia
tiene rigor y comulga, con nosotros...
Deja la nutrición de los afueras, 
para hora más conexa y convergente,
que hoy los ojos me son tan necesarios
y con tu oscuro hallazgo no me dejas...
Hazte un poco a un lado si es posible
y sangra aunque me sea doloroso
por la llaga que hizo ese deseo
malnacido y vivido pero hermoso,
antes de irse y dejarme adolorido...
Dolor que sale turbio de los ojos
diciendo al afuera llueve hondo,
no me dejes ahogar entre el delirio
porque para tanto no alcanza mi sangre,
y falta recorrido por sufrir 
y por vivir tantísima alegría,
que por obligación y o debo ver,
y esta ceguera sangrada no me ayuda...
Pero si es obligada esta entereza
de llevar los ojos rojos y dolientes,
que me llegue la ceguera del poniente
pero no en el de hoy ni el de mañana,
que sea en el que cae continente
en esas otras tierras bendecidas,
donde no existen poetas o cantores
sino solo arenas que recluyen soles...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

viernes, 28 de octubre de 2011

EXPLICAR EL ADIOS.../ Poema de José Ignacio Restrepo

RAZONES PARA VER

Ferias que se marchan,
levantando las carpas,
dejando seco el prado,
las heces de animales
en forma de atafago
sin forma decir quiero,
el sino de lo vago queda
pensamientos promiscuos
que te dicen suavemente,
si esto porqué bien no recuerdo
los brillos, las luciérnagas, los gestos,
estos seres de asombro ya tendrían
que haberme dejado su relato,
aunque sea como es de vil maltrato,
como se ve la grama moribunda
así debía ser la miel fecunda,
diezmada por su plástica demanda,
cristalizadas ansias por saberse...

Como esta luz que remembranzas toca
sutilemente primero
luego en fantásticas cabriolas,
de tus cálidos avances rutinarios
que se hicieron despues de necesarios,
casi hijos bastardos, reos necios,
que no podemos lanzar por la ventana,
por la maldita ética que cuelga
de pendenciera forma por los ojos,
y coqueta aunque preversa de las manos,
apretando en los dedos los acordes
de emociones formadas para darse,
bastó en algún momento con cortarla,
como se fuga de la alcoba lo legible
al suspender la luz en cruento instante,
asi te di yo muerte como se cortan ramas secas
sin ningún contraste en la mirada  larga
que agrega algún destello antecedido
que antes hizo de puente hoy de vacío,
voz en liturgia de pacíficos senderos,
hoy te vas vos ya luego te alcanzamos,
los fatuos e inconversos, los gregarios
que aun vamos altivos pero ebrios,
descansando de todo lo mutable,
para absorver mañana desganados
nuestra ración de tedio sin sentido...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©


jueves, 27 de octubre de 2011

UNA LÓGICA DIARIA.../ Poesía de José Ignacio Restrepo

VESPERTINA


El amor vuela, 
sucumbe todo orden profiláctico, 
hago canales, 
suertes proveo 
a todo lo anteriormente diezmado, 
deletreo, amago 
doy silencios a peso 
y algo valgo...
Luego me callo, 
miro entre el bestiario 
mi bostezo, 
la ventana me dicta 
otra indulgencia 
es de noche, 
la gente ha serpenteado 
a la demencia por horas, 
y lo han logrado...
yo también 
con la ayuda del amor, 
que viene, se yergue 
para verme frontalmente 
y me da un beso en la frente, 
después de saborearme 
todo....

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

miércoles, 26 de octubre de 2011

QUEHACER DEL RECUERDO / Poesía de José Ignacio Restrepo

DIFICULTADES


Que caro y difícil ser gigante,
por estos días tan disímiles y raros
de aquellos en que atentos nos forjaron,
educación de mesa y compañía,
el ejemplo, el respeto a los mayores,
la disciplina ciencia de las flores
que los astros aprenden observando
esa danza del sol que no los deja...
Que difícil ser común en este tiempo,
que es igual que decir ser monumento,
nuestros valores quedaron a la zaga,
somos cual paquidermos inocentes,
solo dejamos que nos dieran antes
de aquel saludo diario y repetido
sus clases del deber fiel prometido,
que deja huella por obrar con gusto,
ya las huestes se preparan compitiendo,
como animales de feria se maquillan,
para asombrar a otros, causar miedo,
ni idea de guardar algún respeto
por los más chicos y menos por los viejos...

Que caro ser gigantes en los días
en que por bien portarse se hace solo
aquel que vio a su padre como héroe
aunque llegara tarde y fatigado
y al decirle como estás papá querido
por años se escuchó...solo cansado,
y se creó en la mente del gigante
la imagen de su padre siendo niño...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

lunes, 24 de octubre de 2011

BOCADO DE CARDENAL / Poesía de José Ignacio Restrepo

LA RESPUESTA


A ese niño bribón
que no sabe que es Nestlé,
que no tuvo algún reloj
regalado en navidad,
y ni idea tiene hoy
qué fabrica Fisher Price,
si son bolas de billar
o el sonido del acordeón,
que como niño bribón
no sabe cómo metieron,
en eso que como fuelle
se hincha como por magia
y después solo se aplancha....

De ese quiero escribir,
y podría detallar
tras el ansia estructurar 
el deseo de tener,
que tiene bajo la piel
diría cualquier gendarme,
sin procurarse de aplomo
y más bien su boca callar
como un mayordomo arar
en silencio su torpeza,
y alardear de gentileza
con quien todo se merece,
sus ansias tan solo crecen
por las leyes del mercado
que le muestran desde chico
ese infame compromiso
de vivir marchas forzadas
sin que el trabajo prodigue
soluciones competentes
a la carga de la vida,
él que ignora casi todo
tiene claro que tener
es de la gente platuda
y no de pobres pelados,
así que bribón y todo
bestezuela no se cree
y aunque casi bien no lee,
se desvara con la astucia,
y ante pregunta soez
en la boca de algún juez,
donde tarde le llevaron
por robar un salchichón,
el pequeño sin pelea
y sin gritar como el docto,
respondió muy brevemente
conquistando a su auditorio,
mire señor estudiado,
con respeto le respondo,
soy el grande de tres hijos
los otros dos están dormidos,
mi mamá trabaja arduo
para darnos lo del día,
pero no le alcanza nunca
y el estómago nos suena,
cada que va al Bienestar
le exigen que entregue a Lucas,
para poderle ayudar con Beto
y con mi persona,
¿cómo le pueden pedir  
a una mujer que es creyente,
que abandone allí a su vientre,
al más pequeño de todos,
para salvar a los otros
y seguir siendo decente?

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

EL ORDEN DEL MUNDO / Poesía de José Ignacio Restrepo

DICEN DEL JUEGO...


Damero...
Esos cuadrados entre un molde amplio
que unidos sin remedio yacen atados,
esperando a que dos amos del juego
se sienten a probar que son mejores,
el uno sobre el otro, sus clamores,
pensadas inquietudes sobre el antes
e idolatradas formas de pensarse luego,
dirimiendo en medio de ambos sus caudales,
como lo hace la vida, igual que lo construye
el tiempo....
A eso vengo a dejar letras y orden,
antes los ojos de artes y de guerras
que muestran sobre el rostro las quimeras
que no dejan soñar ni hacer presente,
mis pasos que trajeron su conciencia
la del eterno contrincante saldan cojos,
pues derivadas penas en los ojos vienen
cubiertas solamente de sus lágrimas...
Y entonces,
de ese juego de damero que jugamos
para probar que competimos menos
y sin esfuerzo cada vez aun más ganamos,
queda instruida la fe entre las tristezas
que quien juega lo hace ante el destino,
que es quien lanza los dados en el paño,
queda ante todo instituido el daño
como algo ajeno al que prueba sus suertes
contra la fe del otro que lo mira,
no son intermediarios ni adjutores
los que se sientan ante horas insumisas,
para ver que les dejan los segundos
tirados como carne para perros
otra vez, otro día, otro laxo recurso
que de virgen no tiene ni la hora,
solo el deseo de salir con vida...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

sábado, 22 de octubre de 2011

QUE PIDES TU... / Poesía de José Ignacio Restrepo

ADVERTENCIA


Leproso corazón,
sal de la alberca...
Gritan todos los buenos pensamientos
aquellos que de carne se alimentan,
mientras los solos tejen su tristeza, 
y los que aun no se deciden,
a costillas de mi ira hacen la siesta...
Rendido pecho que no sos contramaestre
del viaje del nacimiento hasta la muerte,
déjate de rendidas partituras
que no tienen feliz intérprete ni nada,
y no te lances nuevamente entre mis llantos
que he hecho de tanta queja ligadura,
y después he probado que no sirve
ese estado de inquietudes prematuras
que solo llaman delicadas muertes,
para que no aparezcan,
no nazcan, no musiten,
pues es la cobardía una gritona
que corre como loca y holgazana,
perdida en las miradas de los otros,
solo por gozo y paz de ser mirada...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

viernes, 21 de octubre de 2011

LA FÁBULA ESTAMPA / Poesía de José Ignacio Restrepo

SI, NARCISO...


Como al mismísimo Dios él le miraba,
con el espejo como testigo juguetón,
donde aquiescente el sol les descubría
a la luz, al amor...a la alegría...
Sólo eran dos, en los extremos de la vida,
Filemón, el abuelo le decía, con el espejo
como amigo y como guía:
- Eres tan bello como la misma poesía,
más hermoso que el lago y el verano,
más bello que el narciso anochecido
que en el pantano nos ve,
que tan perfecto es porque de nadie es,
eres como ese narciso, Segismundo,
tu mirar de las estrellas es profundo...-
El abuelo Filemón y el bello nieto,
anduvieron por años y el espejo
no dejó de ser amigo enajenado
de la belleza obsecuente del enano
que igual que todos vio pasar el tiempo,
vio encanecer la cabeza del abuelo
y un mal día su pulso sujetó,
hasta que este dejó de hablar del pecho,
del corazón que tanto le auguró
una belleza franca desdoblada,
que ni aun las féminas tendrían,
pues la suya era mejor que poesía,
mejor que las estrellas y la risa,
de narcisa superior a celestial...
Filemón se murió, no pudo ver
en que se convertía Segismundo,
que de insistir y bregar por esa guisa
terminó desistiendo de lo obvio,
que no era la belleza su dilema
sino lo que llevaba por las venas,
las ganas de mirarse en el espejo
y ver en su reflejo que no era
lo que en tantas ocasiones le dijera
su abuelo enamorado de lo bello,
el no podía ser más de lo que era
de masculino hacerse femenino,
pero adosado al remanso del espejo,
la clara división de su agonía,
una noche cualquiera convencióle
y logró transformarse por completo...
La calle la miró entre asombros pobres,
acaso no era el público adecuado,
pero era una mujer hecha de un hombre
al revés de como dice la escritura,
de la costilla de él se hizo a ella,
esta hembra de hombre construida
ha salido a la vida y a la noche
sin que nadie responda por el hecho,
Filemón está muerto y su osadía
de nombrar la belleza noche y día
ante el alma querida de su nieto
dio fruto decisivo, irrefrenable,
y ahora sólo queda en el espejo
una nota furtiva de un amante
y la mancha del rimmel algo añejo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

jueves, 20 de octubre de 2011

ENTRE VIDAS Y MUERTES / Poesía de José Ignacio Restrepo

EXISTENCIAL 


Y en el rastrillo inmundo de la muerte
donde vamos agarrados
desde el frágil momento de alumbrarnos,
tomados del cordón rumbo al ombligo,
y desde allí a la luz,
destinos sin relieve allí esperando
a que demos el mejor ahínco,
la fragua, ese quemón, el vínculo,
toda la apuesta hecha para el siempre,
el nunca disponiendo zancadillas,
no pasará la muerte y su rastrillo
enloquecidos ángeles cayendo
se llevan lo mejor y lo peor,
y ese segundo sin tino utilitario
siendo el postrero
es el del inicio...

No pasará, 
algo desde lo más profundo 
que no queda en el alma 
sino en la inicial episteme del lenguaje, 
una sórdida quimera 
que aún besa la enmarañada vivienda de dios, 
volverá a hacerse humana pese a todo, 
pese a nosotros, a los otros, 
que sé yo...doble o nada...
Estas muertes dejadas a la herrumbre 
no pasarán, lo sé...
en el borde de la piel y su misterio, 
somos eternos...en este fiel instante...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

miércoles, 19 de octubre de 2011

POR ANCHOS PASOS DONDE NADIE CABE / Poesía de José Ignacio Restrepo

BAD DREAM


La luz profunda y pertinaz
de nuestro oscuro zócalo de hielo
hace las veces de feliz almohada
cuando cruzas sin verme,
y es ese olvido desleal
el altar y faro de mi infantil
desasosiego...
Anguilas de cristal,
romeros que se doblan sin decirme
hallan de mis volúmenes inertes
las gracias no pedidas y silentes
para yo nomenclar antiguas dudas,
y darte queriduras
simplemente por irte,
simplemente...
Hago cola en mercados hace tiempo
estanterías cómicas y absurdas
que no tienen productos hace años,
hago cola mirándome las manos
entre mis ojos oscurezco poesía,
y miro sin mirar viajeros niños
que con varas de pescar huyen de todo,
los colegios cerraron desde marzo,
las iglesias de barro se pudrieron
y sus dioses de metal están en huelga,
con los brazos caídos y descalzos,
sin salario han olvidado persignarse
y los curas han quedado desarmados,
hacen de errantes dolientes en los bancos
donde sus hipotecas se liquidan,
quieto está allí mirándome el tranvía
como si parentesco descubriera
en aquel que da por perdida su cartera
cuando ya encaramado no consiente
que ese conductor indiferente, 
le lleve a hacer el viaje sin pagarlo,
no es mi primo, ni mi cónyuge perdida
esa que hace de modelo en la vitrina
mientras pequeñas y feuchas tiran piedra
por no ser ni bellas ni inmorales,
como prescribe la fe de las que compran
o el convencimiento de las otras,
que se convierten en cosa para todo,
han aprendido bien ese decálogo
que reza que hay que ser lo que seamos...
este zócalo frío y nauseabundo,
me he dormido diez minutos y he soñado
que me hallaba perdido en este mundo,
y desperté con frío y en clamor profundo
en la extraviada prisa de este instante...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

martes, 18 de octubre de 2011

A LOS QUE SIENTEN.../ Poesía de José Ignacio Restrepo

EL GRITO


Dale algún orden menester jornada
entrégale apurados testamentos,
firmes palmadas
errados fundamentos
a esa corazonada que ahora gime
dale un peldaño
un barrancón
un sitio firme
donde atornille el sentimiento
que ahora nombra
con su enmudecimiento diocesano
dale un poco de oxigeno mi hermano
una atención que tu le pedirías
a cualquiera que trajera sus sentires
para dártelos en forma de canciones
o en versos jaspeados contraídos
timoratos
deformes
desnutridos
Dale un apoyo lo merece si te mira
el cobarde ventrículo perdido
de amacebajes curtido
silenciado
ha logrado este día hablarte quedo
y luego te ha gritado compañero
es que usted no me escucha por ventura
debo acaso pellizcarlo abofetearlo
empujarle el trasero o deshacerlo
de zancadillas tirarlo hasta el abismo
deme algo de apoyo que lo siento
siento completamente su presencia
el vigor de su silencio entreverado
llevo terriblemente amordazado
sobre mi boca y mi voz y ya no tiemblo
soy el mismísimo temblor
lo siento todo
y ya no puedo ni quiero evitarlo
quiero más bien sufrir este quebranto
he vuelto a resentir mi corazón
y quiere agradecerlo por su cuenta
una sutil seña hágale usted
le agradaría
lo sé
désela usted
de aquí se ve ardiendo
todo su bello y pálido
silencio

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

lunes, 17 de octubre de 2011

SON VOCES QUE INAUDIBLES SE OYEN / Poesía de José Ignacio Restrepo

TRAE LA FATIGA...


Al albor le hacen falta algunas horas
y mi mente tiene vigilias prometidas,
no faltan a la cita entre invitados
los temas que ausentes de otras partes
se acercan a mi casa y me hacen señas,
soy yo, el que llamaste la otra tarde...
Es la hora de las llamas y el ayuno,
en mi almohada arden plateas y teatros,
encarnados y cadavéricos actores
posesionados de sus diálogos veloces,
defendiendo aquel valor imponderable
o esquilmando tan solo lo probable,
mientras que el sueño ataca por los bordes...

Cuánta inquietud de otrora ya dormida,
cuánta magia perdida de otro instante,
esta es la hora de lúcidas turgencias,
pensamientos, inquietudes, somnolencias,
abren paso a quedarse con la gloria
ya sea de expurgarme la memoria
y dar a luz más juegos de palabras,
o hacerse del paréntesis preciso
o desde un alto risco silenciarles,
para empujarlo todo hacia los aires,
y tomarme por mi bien de prisionero
para rendirme en la hora señalada,
ya vendrá el quehacer de otra jornada
para darle a mi alma el alimento,
mientras ha de ser otro ese sustento
que ante el sueño se deje como canje
y concerte con mi ser la garantía,
tras del velo ineludible y venturoso,
miel del cielo para cuerpos hacedores,
pero también para gazapos perezosos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

sábado, 15 de octubre de 2011

ANEGADOS DE AMOR, LOCOS CONVERSOS / Poesía de José Ignacio Restrepo

HELICOIDAL...


He dejado la vega donde alumbra
para ir al desierto de mi asombro...
Me dicen no te vayas, me lo piden, 
me suplican de todas las maneras
es segura la muerte y la deshonra,
y yo insisto, mi dicción lee otra cosa,
la febril escogencia me apasiona,
y en vez de retornar más lejos marcho...
He perdido facultades perentorias
a la necesidad de ir por si mismo,
de no ser un gregario de bautizo
ni aunque fuera de otro corazón,
acaso me merezca soledades
que aun no me tocaron el espíritu,
y llevare dolores en morrales
para cuando comprenda este aforismo...
Pero es que no me queda más remedio,
la intuición me dice que este tedio
es solo la compuerta de algo grave,
cuando entre ya no habrá como cobrarle
a la vida lo que dice su estatuto,
o nos guiamos por propia partitura
para hacer del instrumento algo loable,
o lo tiramos todo por el aire,
y gritamos sandeces cada hora,
para explicar a otros lo entendido,
que no tiene ni cuenta ni sentido...

Solo por trascender lo inexplicable,
que sintamos peligro en cercanía
de amores prometidos verdaderos
que acaso nos poseen y nos llenan
hasta que somos fruto y embeleso,
mariposas clavadas por capricho
en jaulas adornadas que de vidrio
dejan desnuda el alma y nuestras vísceras
a la luz de las fieras y sin defensa,
ser amados con profundos esplendores
puestos en las más altas jerarquías,
para ser derribados cualquier día,
en horas de circense encrucijada,
en sencilla jornada desnutrida
y dejados sin vida una mañana...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

CORREOS SIN DESTINO / Poesía de José Ignacio Restrepo

EL AMO DEL CLOSET


La tiro allí,
puedo verla sonriendo,
en un momento luego
será entre brillantes y mustios
en ordenado tren solo un recuerdo...
Dicen letras de afán excomulgadas,
en el papel de la pantalla reseñadas,
que este sereno atuendo que me pongo
no lo es, es cubierta solo de feos mohos,
para tapar de muy mala manera
lo mejor del compás del tango errante,
melodías centrales que de amantes
especiales ropajes han vestido
y ahora andan luciendo solo harapos,
porque soy el del closet,
el que dice lo que hay y lo que falta,
y escondo los mejores para irme,
a disputar al frío sus dolores...
Si, he de hablar una verdad
que por su extensa herida
ya he callado...

Soy mercader de telas y de trajes,
los vendo, los confisco, los escondo,
a mi bien que a escrutinio no negocio,
está elegir con que cubrir los huesos
pues el clima es veneno y ese frío
que acomete mi cuerpo es malnacido,
y no le dejaré que me atropelle
simplemente por no hacer de cobarde,
dejo pieles tiradas sin donaire,
malheridas las pongo en cualquier parte,
y luego las olvido sin cuidado,
pues ya he recogido en algún lado
alguna otra mejor para este clima
que ladra el corazón sin menoscabo
se llama soledad y a cualquier hora,
te puede sorprender cual forajido
vistiéndote de forma inadecuada,
con otra piel usada en otra parte
que no tiene calor y te hará pobre,
te dejará mirando hacia otro lado,
para ver el ropaje del que se hizo
a mostrar como viste como ama,
como frío de sus ojos sale ahora
pues vestidos no lleva sus latidos
el frío por los poros le lacera
vestimenta no lleva,
su corazón gime allí
desnudo y yermo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

viernes, 14 de octubre de 2011

DETALLE DE LABOR / Poesía de José Ignacio Restrepo

EXPLICACIÓN


Ese estado de quietud 
es proclive a la tranquila observación, 
incluso al íntimo entredicho callado,
crítica vacua, borde sin lleno,
fiducia que de inicio es asombrada
por artilugios que nombran,
pero se niegan a decir distancia...
Supone la aprehensión del paisaje, 
y si no lo hubiera,o el ojo fuera ciego,
la aspersión de los fundamentos , 
allí expuestos que le dieron invisible aliento,
la congoja, el remedio artificioso...
El logro de la evasión evidenciado 
en este estado que semeja no moverse, 
debe invitar al respeto decantado, 
a la respuesta introvertida 
a nuestra pregunta inmensa, 
nunca a la burla cooperada
o la vigilia de risas o batallas...
Dejad quieta la hoja sin escriba
que rendida en el suelo espera
por la magia de la pluma silenciosa
que el otoño de virtudes traiga
y acabe por dejar letra ordenada
para que venga su invierno de sentidos,
su alimento en mil bocas o en ninguna
su mesa de decente gloria
con el lúcido apetito sobre ella,
eternamente dócil y certero...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

jueves, 13 de octubre de 2011

SOMNOLENCIAS / Poesía de José Ignacio Restrepo

GEO


Yazgo en este lazo puro,
de lado porque héroes llevo,
el zócalo que frío me estremece
tiene sembrados por siglos
esos hijos de nadie 
esas frías premisas
que llamamos vientos...
Llevo plisados todos los dolores
que mi padre ignoró
que aquí existían,
los doblo en la caída noche,
sus mercedes me ven
sin bien poderlo,
y matutinamente los desdoblo,
los cuento y reviso,
para hacer con sus presencias 
nuestro aviso,
de que todo va bien
pues sigue ahí....
de nuevo muchas gracias,
no sé donde,
un no sé qué me atenaza
la garganta,
y no sé cuánto pueda contenerlo,
de diques rotos está la historia hecha
como de monumentos levantados
a diques que en fértiles llanuras
convirtieron lo que ayer
fue cruel desierto...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

miércoles, 12 de octubre de 2011

ESTAMOS LLENOS DE SÍ.../ Poesía de José Ignacio Restrepo

REFLEJOS


Del plano favor iluminado
que se llama ventana
y hace de mostrador y de vitrina,
veo el reflejo sin favores desmedidos
que antes de hoy me cantaban y hoy ya no...
Resquemores de futuros simples,
que en otros días hacían de arlequines,
y en esta hora de seria madurez
el reflejo del vidrio ya no ve...
Y cuando vuelvo mi cara hacia la calle,
la veo a ella que pasa sin mirar,
completamente dueña y eficaz,
del escenario que no le pertenece,
es la calle, mujer, no un pasadizo
en el que muestras ropa de moda
o unos bellos zapatos
diseñados por un hombre famoso
que es una mujer cuando diseña,
la linea de tus pasos 
mía Teresa recordada
te lleva como ángel levantada
y mis ojos te ven algo difusa,
porque las nubes que lejanas se veían
han descendido por ti,
te sirven de acera paternal...
De repente, me mira...
Teresa la que quise con locura,
esa que se dormía entre mis brazos
y un día se marchó por un gran sueño
y logró, no sé...
Me restriego los ojos,
como un acto sublime y necesario,
luego camino un poco tras sus pasos,
para verla mejor y entonces veo
que no es Teresa sino otra sin nombre,
de una belleza digna de la tapa
de el próximo vogue o vanidades,
cosmopolitan, cromos que sé yo...
No es ella, era el vidrio,
mis recuerdos si eran,
no soy yo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

lunes, 10 de octubre de 2011

DE LOS TACTOS Y EL ÉTER / Poesía de José Ignacio Restrepo

CARTA


Ven ternura
al sagrario donde mi duda 
te adormece,
donde saetas comulgan en el aire,
aguardando que ates perinolas 
con cordeles...
Ven,
hay música allí
y paladines,
certeras ansias que se visten
de azules, 
para brindarte conciertos con las manos,
entreabiertas y aladas,
deseosas de hacer allí en tu piel
calendarios en sánscrito,
como manda la ley
en el país de donde son
los faunos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
• Copyright ©

sábado, 8 de octubre de 2011

DOS MENOS UNO, IGUAL A QUÉ.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


EN MI PALAFRÉN


 Huesos,
que evaden su sereno entierro,
y buscan gendarmes mágicos,
cencerros,
que hablen del lugar en que se hallan,
para pedir remiendo o armadura,
si hay que volver alado,
si hay que rearmar ideas aún vivas,
si hay que regresar por estas tierras
para pelear infortunadas guerras...
Destilada sapiencia hónrate ahora,
deja abierta ventana o claraboya,
por donde entre aire nuevo a los cerebros,
que en disputa se hayan por aquello,
que en nada les nombra o les atiende,
y que si tiene requiebros claramente
y relieves tallados allí en su lomo,
donde dice que es de todos no de uno,
no de veinte más fuertes o ingeniosos,
ni de aquellos tunantes alevosos
que por su bella cara y su sonrisa
se han sentido siempre más valiosos...

Y encima hombres,
cediendo atardeceres a batallas,
cayendo sobre el moteado asfalto
entre urdidas querellas
que de fe no tenían el ribete,
y en su curso alcahuete
daban as por el diez de la baraja,
dejándole a la suerte ese cuidado,
que ha de darse a lo caro,
a lo costoso,
pero no lo que se tiña de dinero
o lo que brille delicado y ostentoso,
sino todo lo que se llame quehacer
niño, aire, atardecer, aroma,
océano, silencio, serenata,
mujer, anciano, ave, introversión,
acción, arte, esperanza,
pensamiento...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
• Copyright ©

LUCES HACEN EL CIELO.../ Poesía de José Ignacio Restrepo

EVANESCENCIA


Al caer el sombrero,
tejido de secos haces
de paja que fue verde,
verde y plana,
el viento nuevamente hace su danza,
de centinela de tardes
que unas horas atrás
fueron mañanas...
Debo caricias y sólo ofrendo dudas,
enemistado como voy
con las de otros, 
ato las mías en pequeños fardos
y les dispenso un minuto o una hora,
si vienen y me enjuician,
y si ellos las de otros traen
bien tejidas,
yo simplemente las halo
con mis ojos,
en esa triste mirada que manejo,
la que aprendí empeñado como hice
en andar sin meta, equidistando
de otros tiempos, y suertes
cuando conocí gente grande,
y por causas ignotas que no importan
hallé también ratones resentidos
disfrazados de santas comadrejas,
y esos otros herejes sin origen
que semejan salamandras torpes
y que ahora bien recuerdo en estas líneas,
porque me dieron seis razones suyas
entre ocho perdidos fundamentos,
unos la fe olvidaron por completo
otros siguen la suya y nada importa
siendo locos terminan la jornada,
y mañana comienzan
atados a sus cosas,
sombreros de Orleans,
perlas grisosas,
amores de zaguán
y lo que más a mi mente
le interroga...
esas lozas manchadas e incompletas,
que mi madre llamaba su vajilla,
que ignoro cómo fue a quedar aquí,
yo que todo ordenado lo tenía,
heredades de tedio, poesía,
amores libertarios
y utopías...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
• Copyright ©

viernes, 7 de octubre de 2011

ES DOS MENOS UNO, ENTERO / Poesía de José I. Restrepo

SEGUNDA REGLA


Pero, 
hay leyes en la selva de vidrio...
Solemos encontrar sus signos, 
y desoír melódicas consignas, 
en el favor de alimentar la prisa 
y enamorarnos 
al calor de los abrazos...
Cementerios de cera 
veo llenos 
y máculas cubiertas por mortajas, 
plañideras ósculos pidiendo, 
y derramándose sales 
en las casas, 
por exigirse ir 
a donde no conviene...
Virtud de los placeres insidiosos, 
que determinan individuos 
sobre grupos, 
salvar la vida, 
librar a los pasos 
de la ruina, 
y no obligar más 
a discernir 
que deberían mirar los ojos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
• Copyright ©

jueves, 6 de octubre de 2011

A SOLAS ME ACOMPAÑO / Poesía de José Ignacio Restrepo

MUJER DE CERA


Mas, 
¿Cómo repararle el ojo de vidrio, 
con el que pretendía ver 
todo perfecto?
En el zócalo dormida, 
tras vicisitudes 
de imaginaria geografía 
y ocurrencia, 
la vestal que lo había recibido todo,
lloraba en sus diez silencios, 
una posteridad en abandono...
Se levantó 
e hirió el espejo de la vitrina, 
con sus ojos resueltos y fangosos, 
por el maquillaje descompuesto...
Fue deshonroso, 
no vio su imagen, 
allí mismo desaparecieron 
mágicamente 
todos sus recuerdos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
• Copyright ©

martes, 4 de octubre de 2011

¿QUE OTRO COLOR ESCONDEN LOS REPROCHES? / Poesía de José I. Restrepo

UN HIMNO 
A LA SUPREMA INTEMPERIE 
DE LA ALMAS...


Le dijo adiós sin voltear la cara...
Ella le vio marchar como una góndola
que sale de San Marcos,
en temporada baja,
repetía en su interior sonetos
que se aprendió hace años
cuando faltaba al colegio decidida,
y repentinamente le gritó,
un verso,
con la boca llena de sus letras, 
se lo tiró a la espalda
pero hubiera querido
que de frente le diera entre la jeta,
- a la suprema intemperie de la almas -,
tus bordes y mis tallos inconclusos,
sobra decir que él se portó seguro
de su papel de receloso inconveniente,
y ni siquiera por la duda
dejó que el grácil viento le incitara,
a volver un poco a la derecha la mirada,
para verla de pie llorando duro,
sin taparse la cara,
como dueña que era de su angustia,
de haber sembrado tantas impaciencias,
tanto amor por las noches solitarias,
tanto sexo cansado ante su asaltada
y deseosa cornucopia ajada,
nada le queda sino toda la savia,
todas las maternales,
corajudas,
enhiestas,
quejumbrosas,
puras...
palabras nunca dichas 
pero bien sentidas y pensadas,
que ahora se rubrican
en un postrero afán 
de ceñir la historia con un moño,
tesoro no te vayas,
le musita,
y el viento que la entiende,
cambia en el instante
su efímero curso...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
• Copyright ©

lunes, 3 de octubre de 2011

CON LAS VOCES PRESTADAS / Poesía de José Ignacio Restrepo

FÁBULA DE MIELES


Verdad es 
que las aguas 
se juntan por la fuente...
Unas caen del cielo, 
otras se llueven, 
por el peso de quererse amadas 
por la tierra verde....
Ciega la mansedumbre
la humildad que es del otro
detenta una virtud poco entendida,
que sabe ser amor
sin declararse dueña...
Ama, sirve, descansa,
como playa hacia el mar
desciende adelantándose silvestre,
y al llegar alza un dedo
y le señala,
unas cumbres alejadas y silentes,
diciéndole amorosa y delegada,
vengo de esos lugares,
altos,
nobles,
insignes y ancestrales,
mi pecho trae las señas
de nueve mil puñales enterrados,
por querer solo amar y amar mucho,
el dolor de aprender a retirarme
es mayor con el sol sobre la tarde
pero pasa en la noche,
cuando llega cubierta de ceniza
esa suave caricia de tus dedos,
reviviendo recuerdos impolutos,
que no arden ni sangran,
solamente descienden
hasta el llano sinuoso
donde duermes hermoso
y sin reproches...
La soñé agradecida,
con el rostro quimérico y sapiente
que se llama mujer
y sin saberlo
se apellida durmiente...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
• Copyright ©

HABLANDO DE ELLOS, LOS RECUERDOS.../ Poesía de José I. Restrepo

AJENOS


Cuántas veces he amado,
pregunta con vigor mi olvido...
Las manos, ofrendados instrumentos
tienen del quehacer de los recuerdos
mucho o nada que ver,
según se mire...
Unas veces cual majestad inerte
tomaron de esos cuerpos hasta muerte,
y dejaron acaso algunas letras,
que luego el viento me trajo,
completas o incompletas, 
si hubo suerte...
Hoy fatal calendario
te presentas, 
a ungirme con acólitos aceites,
y yo le presto el cuerpo abecedario,
a tu orgía de nombres ordenados,
una boca me besa sin contrato,
otra maldice igual que antes lo hiciera,
y yo escaleras subiendo o rebajando,
cubro el rostro de semejante embite,
recuerdos por el tiempo acrisolados
otros muriendo sin que yo haga nada...
El viento me acompaña, 
en la caverna herida de mi pecho,
repite suavemente una tonada,
que sinceramente digo,
sólo recuerda él y él la canta,
no queda de su letra eses o zetas,
tampoco esas vocales empinadas,
pero acaso llegue la memoria
y le acompañe un poco,
tengo letras de sobra
en el envés o el sobre de mi cama
otras se cantan solas,
estúpidamente a la intemperie
a la espera de que vuelva la memoria
y recuerde cómo amarlas
pero no ocurre así por esta tierra,
aquí lo que no hecha raíces
normalmente se pierde...
O deja de cantarle al viento...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
• Copyright ©

sábado, 1 de octubre de 2011

CORTEZA Y CARNE / Poesía de José Ignacio Restrepo

A RENATA, Y A LAS OTRAS


Pieles, 
pavor, 
sentidas solas, 
organzas de la voz 
diciendo nombres 
que no son mas 
que esencias de recuerdos, 
conciertos en silencios dados, 
mientras rueda por el cuello 
engargantado 
el licor que todo dulcifica 
incluso el lastre de sabernos idos, 
el peso de viejos detenernos 
a beber de la cópula sincera , 
donde somos raros filamentos 
con las moscas pegadas,
adheridas, 
buscando 
en nuestro dulce 
su sustento...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
• Copyright ©