martes, 19 de julio de 2011

CANTAR LAS HORAS.../ poema de José Ignacio Restrepo

SOLITUD DE YEMAS


Entre la oscuridad tu nombre cantado una y mil veces,
juega a verse rescatado por mi mano,
mientras despierto tu cuerpo aprisa corre majadero,
Y no lo puedo alcanzar para seguir letra a letra
susurrándolo,
 te detienes, a verme respirar
como si no fuera aquí y hoy
sino en el Everest, casi llegando…
Te alcanzo, por poco caigo y te aporreo,
pero gacela eres, y con un gesto vivaz,
una vez más de mi alcance te has ido …
Solitud de las yemas,
están secas sin ti, Carmen Soriano,
visito el piano por recuerdos callado
y encaprichadas las manos se deslizan,
las paso por las teclas con soltura
recordándoles datos del pasado,
pero tocar no quieren,
dedo por dedo en lizo ramillete
se quejan en el blanco pasadizo
las he perdido a todas…
En tu piel quedaron presas, ayer,
Cuando a tu vida entré solo de nombre
Y hoy con todo y que escribo
desde este recinto hospitalario,
estoy perdido, aquí, sin filiación ni rumbo,
que asolada región me busca el borde
para saltar sin cuidado ni investido miedo,
eludiendo fronteras,
imaginando, tu piel, imaginando,
el intervalo de la voz entre vigilia y sueño,
persiguiendo tú celo por nombrarme,
sin caminos, ni mapas, ni esperanzas, ni señas,
como fuera el primero de los hombre antiguos
que salió tras un sueño
heme aquí con el mío, solitudes en dedos
ausentes en  sus manos estas yemas perdidas
que robó el blanco cuerpo de una hembra galana,
Gala era su mote, simiente su piel
soberana su alma…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
Reservados todos los derechos de autor

6 comentarios:

  1. Como el Ave María o el Padre nuestro, como mi número de documento o mi teléfono, de memoria, cantarlo podría del revés y del derecho... el big bang de mi más bello universo, como ayer mismo o como aquel día, llorando por recibir algo tan bello y al mismo tiempo inmerecerlo, gracias amor por tu infinita generosidad y por hacerme feliz de nuevo...

    ResponderEliminar
  2. De tu ausencia extraigo mi tejido, de mi cariño trenzo tu ardua historia que no conozco, que apenas hablo, y dejo en las estrellas el fermento de mi ancho sueño, de ese que hemos tocado con los labios, entre poema y poema, entre sabia discordia y estrategias de vida, que en el nos nos nombran...mi bella Carmen, mi Europa Prima...

    ResponderEliminar
  3. Este sería un delicado y solemne homenaje a la virtud que trasciende por derecho propio, de un grande a una grande...Gigantes! Y yo sigo infiltrándome, de soslayo y pequeñita...entrelazada en sentimiento con esa pluma bendita que solo habla de afectos y verdades infinitas. Gracias Restrepo por esta ventana emotiva...Los quiero!

    ResponderEliminar
  4. Con tu luz inaudita alumbras nuestros porches, y tan grande es el fulgor, que se termina el oscuro de la noche cuando tu amada palabra se vislumbra apenas dada en tu alma, que de amor la edita y la transforma, en aceites que nos calmen, nos celebren, por haber llegado juntos a la noche...Como fue antes de ti, querida Mardy...Afortunadamente ya no lo recuerdo...

    ResponderEliminar
  5. Universo compartido, elegidos para vivir un mundo propio rescatado del mediotinto cotidiano, oteado por ojos, que lejanos de tocarlo lo intuyen apenas, y lo dejan por saberlo sagrado, de dos que son quién sabe cuántos, amor dado y recibido, comunión de esencias sin recato, grito de triunfo sobre la vida y sus pobrezas, destino buscado que enlaza en sus cuellos nuevos nombres, colores, perfumes, sabores siempre enriquedores.
    Bello canto a los encuentros sacros que la vida ofrece, y pocos toman. ABRAZO.

    ResponderEliminar
  6. Sabia tu alma, cuando crece plena justo a la sombra del abrevadero mejor, y te conviertes en sendero, de ida para el soñar y de cernido credo al regreso...Agradecido como nunca por tus palabras, querida Silvia...

    ResponderEliminar