lunes, 27 de junio de 2011

CASI NUNCA LO ESPERAS.../ Poesía de José Ignacio Restrepo

UNO DE ESTOS DÍAS


Largas, larguísimas escaleras,
de tu blanco granito,
pulido por lluvias y vientos,
me llega ahora el eco,
monólogo de mis propios pasos,
el mapa póstumo de una huida forzosa
que como breviario irreductible
describe,
si debe uno morirse
con el fin imperioso de salvar la vida.
Si, es otoño,
estos fríos calan más que en otros meses
cuya certera impronta fue la lluvia,
eterna se pensaba entonces.
Como aquellos dolores de boca
que a fe ponen prueba a nuestra hombría,
este otoño con apariencia de inmenso, de no irse,
venteará algún ridículo aire
uno de estos días,
antes del mortal invierno,
epilogándonos, ya sabes,
sin que bien lo sepamos.

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lunes, 20 de junio de 2011

NO TODOS LOS SUEÑOS SON CUENTOS SOÑADOS / poesía de José I. Restrepo


INSOMNIO


Los dolores perfectos
que despiertan en la noche,
agasajos superiores venidos en caja, 
como cualquier obsequio,
enviados entre imágenes fugaces
que vorazmente atacan 
el firmamento de los recuerdos
en forma desordenada,
un cabello de aquí 
en un rostro de allá,
un talle que al parecer
nunca estuvo vestido,
los hombros más hermosos
bajo un cuello sin nombre...
La memoria vergonzante
baja como viuda 
por la calle arbolada,
y entre la opacidad de la noche
se escabulle sin mostrarme su rostro.

Ella ya es un recuerdo 
cuando los morros alumbran,
las tinieblas han gastado su dedal
y un sol rojo candente 
hace un trono entre las nubes,
esas costuras mal hechas son escasas
y de estos recordatorios mal llegados,
te cuento, no habrá remordimientos
que yo deba romper en las prisas del día.

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jueves, 16 de junio de 2011

TODO LO QUE HABLA SIN VOZ TAMBIÉN CALLA SIN SILENCIO / Poesía de José Ignacio Restrepo


DE PASADORES Y HERRUMBRES



¿Qué verían las ventanas ayer?
¿Qué cortejo de dolientes
midió lentamente con sus pasos
el caliente cemento de afuera?
Como tapia levantada en pares,
el resquicio sin luz de la hendidura
donde las partes simétricas se unen,
explica que prefiera la penumbra
y el callado oscurecer de las estancias,
a ese ruido lenguaraz
que multiplica el berrinche de todos,
ese que corre a toda hora imprecando al silencio,
que paciente aguarda a quienes oran
con su súplica muda...

Qué verían,
acaso los quehaceres de la muerte
vestida con el betún de los exostos,
tras de los pasos de los niños
vueltos viejos a fuerzas,
vestida de rutilos falsos, buscando
la miel de esta tierra, los niños,
hiriéndolos en el mismo surco del vientre del ámbar,
el salino fondo de la vida.

No sólo yo,
otros sin nombre preparan los martillos y las hachas,
 las palabras sinuosas como edictos nobles
empiezan a brotar,
como por magia abriendo las ventanas,
más vale abrir la casa al poco aire
que murmura y da vida todavía,
y no encerrar otro latido
en corazón de piedra sin aldaba


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miércoles, 15 de junio de 2011

DE RECONOCIDAS ELEGÍAS / por José Ignacio Restrepo


LA HORA ÚLTIMA, LA SIGUIENTE


Como te envío los ruidos de la noche
para que se conviertan en sortijas
que se líen en tus dedos,
signo los pasos del día de mañana,
las escabullidas, los retornos,
las dimisiones, los miedos
y los logros...

Que enigma, 
Princesa de las Flores,
cómo no hablarle al viento de tu rostro
para que él vaya en tu busca,
aún recelando que se vista de ciego
y al llegar, te recorra de tactos, 
te libere de ausencias,
te invite a intentar el olvido.

Y a esta hora 
¿la última? 
¿Quizá la siguiente?
juntando en un rosario huellas
mientras eludo la exigencia el sueño,
el murmullo de las hojas 
contra el suelo se deja escuchar
y puede ser que las hadas 
se estén besando las manos
revolviéndose las ropas 
a fuerza de deseo;
entre tanto, me visitas sin aviso,
yo cierro los ojos 
y te espero 
para poder encontrarte



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viernes, 10 de junio de 2011

ARABESCOS GRABADOS CON CELO / Poesía de José Ignacio Restrepo


YO SOY OLVIDO, SIN VOS...


Hace falta un poema 
que predique silencio,
hecho de palabras acosadas,
escondidas en las dunas,
silencio que parezca algún mantel
con cuadros invisibles por el uso 
y el excelso lavado, vez tras vez...

Hace falta un causal 
absurdamente quijotesco
que recuerde ser fiel
al embate temerario en los molinos
 que luego invada mis ojos con premura
derribando farallones y murallas,
y deseos timoratos, 
e inventados dolores inmortales
con ardides para logros idiotas,
y vacíos lenguajes
tan iguales a sogas
de estrangulados nudos
fabricadas.

Tanta, pero tanta falta hace, 
que te embordes en mis áridos relieves,
que me tumbes sin dudarlo entre tus ojos
en esta playa que por un minuto
hace hacia tu cuerpo de velero,
y me presentes tu amor hoy nuevamente
con palabras hechas de silencio
ese que danza entre destellos sabios
y que sin ningún permiso corretea
entre tus ojos de calor y hielo


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jueves, 9 de junio de 2011

COTIDIANA LA FE DESCONOCIDA / poesía de José Ignacio Restrepo

OTRO DESPERTAR DE PACO


Los ojos de humo que ya lo vieron todo
miran los pies transeúntes, primero,
por entre un tendido de lagañas,
mientras el oído despierta poco a poco,
con el run run de la reja de calefacción
que desde hace tiempo engalana la acera.
Céntrica cama, albergue con el nombre de la calle,
que en la noche cerrada se atiborra
con cuerpos y periódicos,
recibe otros dueños que llevan prisa en sus pasos
y saludan con fórmulas cortas que no dicen nada,
sus periódicos doblados en la axila
como un corriente pasaporte,
que en el día de hoy los llevará hacia alguna parte
y que hoy por la noche nos servirá como frazada.
Ardor reconocido
que modula su abrazo contra los muros de su vientre,
idioma esencial de la vida en su decenio escaso,
y ese ombligo salido decorando tanta hambre,
a tres dedos larguitos, se recuerda,
de una marca acerada de muerte,
pero casi no vale, diciembre pasado,
ardor de hambre, runrún incesante al oído,
largas pestañas uncidas con humo,
el cuerpo acostado en la acera, sin pegante,
abrazando la vida, dama demasiado rauda
que poco transita esta calle.

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miércoles, 8 de junio de 2011

TESTIMONIOS PERDIDOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


ORACIÓN DE PAZ EN GUERRA


Allende al bosque
donde intentos moros por tomarse
El Castillo de la Lengua,
nuevamente tienen tristísimos finales
debido a vivas guerras intestinas,
me doy a escribir estas letras
cuyo destino incierto se debe
a que ignoro su final depositario.

De este estigma de guerra,
brazo de dragón del cual penden atacantes dedos
con largas y sanguíneas uñas,
he sido protagonista tácito
pues mi espada,
que es y será mi pluma y mi criterio,
sirve a la conjetura apenas,
tal parece que en los límites de la verdad,
ese país hermoso,
aunque miembro y morador
del tiempo del escepticismo.

Ahora,
estoy cerca de firmar
con el encargo previo de alguna gravedad del Reino,
y sé que las soluciones que eligiese
podrían agravar los planes
justos o no,de gente contraria a Mandato.


Allende al bosque,
donde todos los ruidos
me son cabalmente fraternales,
elevo esta oración con celo
hacia mi Dios silencioso
pidiendo que haga de mi boca escudo
y preserve mis palabras
buscadoras de fe,
yendo en filas, conjeturando,
del profundo vigor al más intenso escepticismo,
de ese deseo de poder
que es factible quieran adquirir
quienes lo vean próximo y posible,
y paternal y fraterno.

Si las palabras han sido el filo brillante de mi espada
te pido Creador que purifiques
su sentido y dirección primero,
no sea mezquino beneficio
el que se obtenga de haberlas pronunciado...
Si hay un favor en ellas
debe a bien estar  inscrito
en el compendio de Intereses Generales...
Ya mi caballo llega,
las luces de artificio testifican
que en el villorrio real en mi ausencia,
han decidido comenzar las fiestas...

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