viernes, 15 de octubre de 2010

ORNAMENTOS CUARTEADOS, DE AMORES Y ECOS / POESIA DE JOSE IGNACIO RESTREPO


MEDITACIONES SIN AGUAMALA



Por aquí vine,
en otra peladura de alma,
menos cabizbajo quizá,
pero seguro más atolondrado,
cuanto lejos será que se hace todo
en la huida del tiempo,
como de pobre se pone lo lejano,
será así mismo esto
cuando de algún incierto porvenir
yo lo divise.
Todo es verdad,
el tiempo se junta y se adormece
sin perder su sentido,
mientras nosotros pasamos y pasamos
contemplando realidades y espejismos,
con el ánimo plano
del que aprendió a ser buen televidente
por mandato paterno,
y que luego ha crecido inconmovible
al milagro que llena sus ojos
cada vez que la fatiga de soñar al día los abre,
indecencia vestida para el diario
con corbata suave de verano,
no nos dejes proferir lamentos
ni bien llorar nuestras penas paganas,
por tener que mutar antes de tiempo
vienen maduraciones en los ojos
de aquellos no invitados que nos miran,
para luego murmurar a sus fantasmas
sus penurias y tedios,
vienen exhumaciones voluntarias
en cada pliego de cargos a un recuerdo extendido,
y entonces nos revolcamos azorados
como huesitos
en baldada rodilla de náufrago,
que ansía playa,
se vienen maduraciones absurdamente innecesarias,
porque alguno con sus ojos malos
se nos puso a mirar sin él saberlo,
con mirada estimulante
de corre, corre mamá, papá ha venido!





COORDENADAS

Se trata de dejar que esta música suene,
solo haciendo de oído,
como si yo fuera sed y ella agua..
Se trata de no ejercer nunca resistencia,
ya que esta falta de oxígeno
es, de ahora en adelante, mi alimento.
Sé que mis ojos no me pertenecen
y de ese sin sentido
se hace posible que yo vea,
entonces,
se trata de seguir a flote sobre esta tibia superficie,
esta especie de magma,
hay que evitar las piedras
ya estén por sobre el agua
o se vengan volando por el aire,
también las formas extrañas, las raíces,
las mujeres llamativas, que hablen mucho
que pretendan quedarse
cuando deseas conciliar el sueño,
excepto si hablamos de ella
que trata muy tarde de contarme un cuento.




DIAS DE SIEGA

Bordes de los años,
surgen y se van tan pronto
como las muecas en los rostros de los niños,
y no alcanzo a tenerlos
con la salud suficiente del instante
que al parecer nada significa...
Pasan mirando, mientras,
y termino tratándolos como a mendigo
que con el gesto marchito en la mano extendida
de antemano tiene fe en no obtener nada...
Bordes de los años,
días pálidos,
lo que tan bien se evalúa ya está perdido,
el curso que propone hasta un guiño del clima
puede trocar, dar definitivas variaciones,
entonces,
como sencillo bucle en la elipse de los astros
pierden su brillo los días de las noches
y la oscura penumbra y el cansancio nos traen el sueño
que no por mérito viene,
sino porque no queda más remedio.
No hay paisaje
como el de su silueta
oteando en una puerta
al cercano amanecer.


No hay sueño
como el que se intuye
en el profundo espejo de sus ojos,
ni verdad como la que vive
en la piel gastada de sus manos.
No hay brillo de cascada
como el que crea
mi sol de amor cuando la ama,
en el mojado sudor
que se desliza por su espalda.




TIEMPO JUSTO

La forma de la ausencia tiene un tiempo de vida,
se llama nostalgia,
es un sentimiento vacío, vano, algo aceitoso,
en todo caso las lágrimas no alcanzan a brotar
si has estado allí ya en otras veces,
pero buscando que comprendas digo
que semeja la ciudad
que en la guerra vio arder sus atractivos,
el muelle por ejemplo ya no existe
mas que en las postales retocadas,
atardeciendo,
el mar tan gris sin un bote de pesca,
la forma de tu ausencia es algo así,
debemos bautizarla nostalgia,
sentimiento que recuerda algo
que ya no convoca el interés
hace tiempo noble,
ahora solamente suficiente
para sin más ofrendarle el olvido.




QUERENCIAS

Te quisiera aquí esta noche, toda,
llenando mi cama,
que a veces me atrapa con sus quejas,
inesperadamente...
Extendida te quisiera,
toda tu piel sitiándome,
y poder gastarme algunas horas
describiendo su mágico color
mientras todo lo demás se desvanece,
y yo lo dejo disipar
para que torne cuando no estés aquí.
Mirándome desnudo, te quisiera,
ansias de ser descubierto por tu boca
que me toma por mapa,
inundando tus pardos ojos de mi imagen,
pidiendo que te llene de luz...
Te quisiera,
te quiero robándome este frío,
quemándolo allí donde toda tú hierves despacio,
donde la espera modula entre jardines
canciones del mar
que antes estuvo.



Por JOSE IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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