martes, 14 de septiembre de 2010

SERENAS Y OSCURAS / POESÍA DE JOSÉ IGNACIO RESTREPO

de junio del '92

INVITADO


Unos ruidos adentro
cuyo pronóstico oscuro no conozco,
se articulan,corrompen el silencio,
privándome,
de mis internos tedios,
del recuento inveterado de mi angustia,
que he puesto a caminar desnuda
brillante
como reina muerta...

Es ella, que viene,
con sus pasos subiendo las escalas,
entreabriendo los armarios y las puertas,
en mi busca,
de nuevas causas plena,
con su cara lavada y la piel bruñida de deseos,
amnésica de las grises horas, que inquilinas
hace ya tiempo se aposentan
entre nuestros intentos por mirarnos,
por tomarnos, 
por al tactos hacernos

Como aguardando una bula
que me absuelva de la injusta espera,
con la imagen de ella,
mis ojos se han prendado de la puerta,
por la que absurdo,
un segundo después,
entra ignorante de mis ansias 
mi demiurgo gato...




APRENDICES


Y entonces,
es la batalla de los cuerpos,
la que un motivo construye
donde el silencio es vigoroso y turbio,
y se debe estar allí dentro del otro,
para que exista algo seguro...


Los  líquidos que brotan de ella
me recuerdan que soy su sombra,
y ella sabe bien
cuando me mira,
que ella es también 
la sombra mía...


Vertidos los jadeos, mujer,
el espacio está lleno de nosotros
que hemos aprendido otra vez,
que no existimos mas que en este abrazo,
en este tomarnos sin riesgo 
de las bocas juntos,
y
decir...
dios santo
dios santo,
y que la soledad nos cubre,
nos llena
por todos los resquicios,
así palpando el oscuro, 
con los ojos abiertos y fijos




MISIVA DE LA HORA DOCE



No temas disolverte, amor,
me basta acurrucarme un poco,
bajo tu sombra frondosa
para empezar entre el frescor sedientos,
o nomenclar uno a uno 
los susurros
o distinguir entre males necesarios
con nombres sonoros e  incluso
no llamados...

Márchate, amor,
hay miles de caminos,
llevan a lugares increíbles,
sitios ansiados de noche,
cuando solos nos escondimos del olvido,
que se aposenta aquí
y hace tiempo,
dormita a nuestro lado



OTRA ADVERTENCIA


¿Qué decirle a los suburbios del alma,
profundos extramuros sombríos,
donde guardamos tan hondas pasiones,
iguales a los rasgos poderosos,
evidentes,
que ya hemos puesto en el rostro,
allí donde se mora a solas,
sometidos al vulcanismo del tiempo,
único juzgador de límite
de nuestra angosta fuerza
y del deseo inefable de estar vivos?

No entre allí...
Los azules, que todo lo llenan,
se oscurecen en ese lugar profundamente,
y el recuerdo de las idas penas,
aun grita en un ancho pasillo,
donde visiones,
alumbradas por velas de cebo
aguardan su ignorado amo, 
uno que creen que existe,
para que las libere de los cepos
donde alguien un día las puso,
por osar pernoctar muchas veces
en los claustros
de la muda memoria...

Por JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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1 comentario:

  1. Vago en la penumbra
    de mi habitación vacía,
    igual que transitas tú,
    en tus noches de melancolía.
    La sombra del manto oscuro
    aquella donde no hay voces
    ni caricias,
    ni manos amigas
    allí transita mi alma
    obnivulada de fragancoa
    marchita.

    Tus versos amigo mío,me llegan al alma de una
    manera que tan sólo entiende quien tiene un dolor que deja transitar por calles solitarias tu ser como un fantasma.
    Te abrazoen tusletras que también las sientomía.

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